MONITOREO

Casa Blanca niega que caso de registros telefónicos afecte cumbre EEUU-China

La Casa Blanca insistió este viernes en que las revelaciones sobre el vasto programa de monitoreo de llamadas telefónicas e internet no afectará las quejas de Washington sobre los hackers chinos, en la cumbre que celebran los presidentes Barack Obama y Xi Jinping en California este fin de semana.

Presidente Barack Obama

Obama hizo este viernes una firme defensa de los programas de monitoreo de llamadas telefónicas, afirmando que son legales y garantizó a los estadounidenses que «nadie escucha sus llamadas telefónicas».

En sus primeras declaraciones desde que estalló la polémica por las revelaciones de la prensa sobre el espionaje masivo de datos, Obama dijo que es necesario equilibrar la seguridad nacional con la privacidad de las personas, aunque apuntó que es correcto que ese balance sea objeto de un debate público.

«Los programas de los cuales se ha hablado estos dos últimos días en los medios son secretos en el sentido de que son clasificados. Pero no son secretos en el sentido de que, en el caso de las llamadas telefónicas, todos los miembros del Congreso han estado al tanto», declaró Obama en San José, California.

«La comisión ad hoc de inteligencia (en el Congreso) está plenamente informada del objeto de estos programas (…) que fueron autorizados por amplias mayorías de ambos partidos desde 2006″, agregó.

Obama se refería a los dos programas secretos de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA): uno comprende el registro desde 2006 de datos de llamadas telefónicas en Estados Unidos realizadas a través del operador Verizon, y probablemente otros. El segundo, llamado PRISM, intercepta las comunicaciones de internautas extranjeros situados fuera de Estados Unidos en nueve grandes redes sociales, entre ellas Facebook.

Este segundo sistema, que monitorea los intercambios en el exterior del país, podría dar a Xi una carta a jugar en las negociaciones.

Pero el portavoz asistente de la Casa Blanca Josh Earnest insistió ante los periodistas a bordo del Air Force One en que el programa no socaba el mensaje de Obama, sino que por el contrario fortalece su posición en las negociaciones.

«Este es un muy buen ejemplo del tipo de conversación que queremos tener sobre las libertades civiles y la protección de los derechos constitucionales de la gente que uno gobierna», dijo Earnest.

«Lo que el presidente hizo fue poner en práctica un programa muy estrictamente controlado, que fortaleció cuando asumió el cargo, que restringe su propia capacidad, que limita su propia autoridad. Creo que es un testimonio de la fortaleza de nuestro sistema de gobierno», agregó.

Compromisos necesarios

En un intento de garantizar a los estadounidenses la protección de sus datos privados, Obama también prometió: «Nadie escucha vuestras llamadas telefónicas. No es esto de lo que se trata el programa», dijo.

Los miembros de esta comisión de inteligencia «examinan los números de teléfono y la duración de las llamadas. Y no se fijan en el nombre de las personas. No examinan el contenido. Pero analizando los datos pueden dar con pistas sobre personas que podrían haber recurrido al terrorismo», detalló.

«Si alguien en el gobierno quiere ir más lejos (…) debe acudir ante un juez federal», dijo Obama, recordando lo que hace dos semanas había dicho en su discurso sobre la estrategia antiterrorista de Estados Unidos.

En esa ocasión, «dije que una de las cosas que teníamos que discutir y debatir era encontrar un equilibrio entre la necesidad de garantizar que los estadounidenses estén seguros y nuestra preocupación por la protección de la privacidad», sostuvo el mandatario.

«Hay compromisos que son necesarios», agregó.

Apoyo cauto del Congreso

Numerosos congresistas de ambos partidos apoyan a la administración Obama, afirmando que un ataque terrorista fue desarticulado gracias al control de las llamadas telefónicas.

Como recordó Obama este viernes, los congresistas refrendaron por amplia mayoría la vasta ley antiterrorista «Patriot Act», aprobada luego de los atentados del 11 de setiembre de 2001.

Pero algunos reconocen que el debate sobre el equilibrio entre protección de la vida privada y la razón de Estado debería ser reabierto.

«Pienso que hay formas de mantener la seguridad del país, de acceder a información sospechosos, sin que la información sea acumulada de esta manera», afirmó el republicano Bob Corker.

«Pienso que cuando los estadounidenses que respetan la ley telefonean, a quién llaman, cuándo llaman y desde dónde llaman son informaciones privadas», dijo el demócrata Ron Wyden.

«En los últimos días se vio que se necesita más transparencia», resumió Mark Rumold, de Electronic Frontier Foundation a la AFP.

«Si la NSA tiene una puerta de entrada en Google, sería casi la peor pesadilla para la gente». AFP

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