Conteo: imposible

Crece presión en Venezuela y el mundo sobre Capriles para que reconozca elección de Maduro presidente

El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela descartó el miércoles un recuento de la votación del domingo, aumentando la presión sobre el opositor Henrique Capriles para que reconozca la elección de Nicolás Maduro, cuyo respaldo internacional crece, aunque con la notable excepción de Estados Unidos.

Henrique Capriles Radonski

La presidenta del TSJ, Luisa Estela Morales, afirmó que «no existe» en Venezuela el conteo manual de votos, como exige Capriles, porque el sistema de votación es automatizado, al tiempo que fustigó que hasta ahora el opositor no haya presentado formalmente su petición.

«Cuando vamos a pedir un imposible, cuando vamos a solicitar un conteo manual (…) indudablemente estamos incitando que se inicie una lucha de calles sin fin y en eso tiene que establecerse responsabilidades», dijo la presidenta el TSJ, órgano que la oposición considera parcializado a favor del gobierno.

Capriles exige el conteo «voto a voto», desconociendo los ajustados resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que dan a Maduro un 50,8% de los votos frente a 49% del opositor, con base en la transmisión electrónica de sufragios.

El líder opositor, gobernador del estado de Miranda (norte) de 40 años, tiene previsto presentar la petición del recuento de votos ante el CNE, basado en documentos que, según él, consignan diversas irregularidades en el proceso de votación.

«Lo que el poder electoral decida en torno a la solicitud que haga la oposición venezolana, la apoyaremos totalmente y plenamente», expresó este miércoles el presidente electo.

Los temores en la oposición sobre inminentes represalias judiciales aumentaron tras los señalamientos del TSJ. El gobierno y la Fiscalía responsabilizan a Capriles de la muerte de ocho simpatizantes de Maduro en violentas protestas del lunes.

Aumenta reconocimiento internacional de Maduro

Mientras Capriles insiste en el recuento de votos, los países de América Latina, salvo Paraguay, reconocieron la elección de Maduro. Este miércoles la Unión Europea dijo cautelosamente «tomar nota» de la elección, pero señaló que los recursos que presente la oposición deberían ser «debidamente» examinados.

Pero Estados Unidos, principal comprador del petróleo venezolano con 900.00 b/d pagados en efectivo, se mantiene sin reconocer a Maduro. «Pensamos que debería haber un recuento», dijo el secretario de Estado norteamericano John Kerry a legisladores estadounidenses.

«No reconozcan nada, no nos importa su reconocimiento. Nosotros hemos decidido ser libres y vamos a ser libres e independientes, con ustedes o sin ustedes», reaccionó Maduro ante las declaraciones de Kerry, durante un encuentro con gobernadores del país.

España reconoció la proclamación, después de un incidente diplomático entre ambos países tras la ajustada victoria.

Varios países pidieron un diálogo. Capriles dice estar dipuesto a hablar con el gobierno, mientras que Maduro, que lo acusa de buscar un «golpe de Estado», reiteró que «no hay pacto» con la «burguesía», como llama a la oposición.

El gobierno prepara ya los actos de investidura, a los que, según anunció, ya confirmaron la asistencia delegaciones de 15 países, incluidos los presidentes de Argentina, Bolivia y Uruguay.

«Vengan a Caracas. Llamo a este pueblo que se ponga su banda tricolor y se juramente conmigo», pidió este miércoles Maduro, al convocar a una movilización masiva en respaldo a su victoria, que estará acompañada de un desfile «cívico-militar».

Maduro, un ex chofer de bus y ex sindicalista de 50 años, dice contar con un total respaldo de las Fuerzas Armadas, aunque el martes reveló que fueron detenidos un «pequeño grupo de militares» contactados por la oposición.

Gobierno en la calle

Ungido por Hugo Chávez para liderar la revolución socialista tres meses antes de morir, el presidente electo anunció este miércoles, durante una reunión con los 20 gobernadores chavistas -tres son opositores, incluido Capriles-, anunció que el sábado definirá un plan concreto para lanzar su «gobierno en la calle».

«Vamos a construir un gobierno socialista, popular y de calle», expresó el mandatario electo, quien ha prometido como prioridad acabar con la inseguridad y dinamizar la economía.

La tensión bajó considerablemente este miércoles. En la noche del martes, Capriles llamó a sus seguidores a que se abstengan de manifestaciones callejeras, para evitar enfrentamientos, luego de que Maduro aseguró que no permitiría marchas opositoras en la capital.

Vestidos de rojos, color del chavista, unos 250 simpatizantes de Maduro se manifestaron este miércoles contra Capriles en Los Teques, capital del estado que gobierna, sin mayores incidentes.

«Este estado no se merece a un gobernador de este tipo, que incita a la violencia y no hace nada (…) Pedimos su destitución», declaró a la AFP Arelys Gómez, ama de casa de 46 y dirigente local del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Otros grupos de chavistas realizaron mitines en diversas ciudades del país, y otros participaban en un concierto en una plaza del centro de Caracas.

Las ciudades del país, incluida Caracas, vivieron una noche de protestas sonoras, con cacerolazos de los opositores y estallido de petardos por parte de los seguidores del gobierno, sin que hasta ahora se reporten incidentes violentos como los del lunes, que dejaron siete muertos y más de 60 heridos, según datos oficiales.

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