Presidente paraguayo evita destitución en juicio político

La propuesta de remoción sólo consiguió 25 de los 30 votos necesarios, mientras que 18 votaron en contra y hubo una abstención, en una sesión final que duró nueve horas y media.

«El 15 de agosto próximo el presidente Luis González Macchi entregará la banda al presidente electo el próximo 27 de abril», festejó al salir de la sala el abogado defensor presidencial, Osvaldo Bergonzi.

Uno de los fiscales acusadores, el diputado Rafael Filizzola, dijo a los periodistas que «no escuché a un senador que refutara nuestros argumentos y los 25 senadores son más de la mitad de la cantidad de (45) miembros pero que no alcanzó la mayoría calificada requerida para la destitución».

El presidente del Congreso, Juan Carlos Galaverna, cerró el debate asegurando que «todos estamos convencidos que Luis González Macchi es responsable del mal desempeño de funciones y es referente de la corrupción en la Administración Pública del Paraguay», al culminar un proceso que empezó el jueves 23 de enero con la acusación de los diputados ante el Senado que pasó a oficiar como tribunal.

La Cámara de Diputados votó el juicio político el 5 de diciembre, basándose en acusaciones sobre desvío de fondos públicos, uso de auto robado, irregularidad al privatizar la telefónica, contrato millonario de un escribano amigo y tortura a dos activistas.

Antes de abrir la votación, Galaverna dijo que «me resisto a creer que no están los votos» para remover a «este corrupto que gobierna Paraguay» al frente de «una banda de forajidos».

Galaverna, en su calidad de presidente del Senado, debía sustituir al mandatario en caso de que éste fuera destituido, pero ante la resistencia que generaba esa posibilidad, había dicho la víspera que renunciaba a asumir la primera magistratura si con ello lograba obtener los votos necesarios para la remoción.

«Se huele que ya están los votos para salvar a González Macchi», dijo el senador opositor Francisco José de Vargas cuando se cortó la lista de oradores, y pidió irónicamente «que se vote ya, para que empiece la farra (fiesta) en el quincho de Mburuvichá Róga» (del guaraní: casa del cacique), residencia presidencial.

Germán Segovia, senador colorado contrario a González Macchi, consideró que será «un gran golpe al país y a la credibilidad del Senado».

«Yo no pido que se perdone a nadie», planteó por su parte el senador Blas Riquelme, quien negoció votos en favor del mandatario, y pidió «dos meses más de paciencia» hasta las elecciones del 27 de abril, pues «no es el momento de castigar por la coyuntura política» que provocaría «una crisis» si se destituía al presidente.

Mario Paz Castaing, senador del cogobernante Encuentro Nacional con tres ministros en el gabinete y siete senadores, defendió la entrega adelantada del gobierno al ganador de los comicios, para no caer ahora «en incertidumbre y turbulencia» de cambiar por seis meses «ministros, viceministros y cinco mil cargos de confianza».

Cinco de sus senadores respaldaron al mandatario y otros dos, Benigno Perrota y Luis Mauro, votaron por la remoción.

El senador liberal Gonzalo Quintana criticó la forma en que González Macchi trató el apoyo multipartidario al inicio de su gestión en 1999, porque «el presidente confundió consenso con repartija». *