Fernando Lugo

El obispo que desafió a la herencia de Stroessner y al papa de Roma

Lugo, suspendido "a divinis" por el Vaticano

El sacerdote, adepto de la Teología de la Liberación, se rodeó de colaboradores de izquierda, representantes de una veintena de partidos y movimientos políticos y sociales.

Aseguró que su gobierno no caería en la polarización ideológica y no se identificó con ninguna corriente de la izquierda latinoamericana.

Lugo lideró una coalición de partidos de derecha e izquierda bajo la denominación Alianza Patriótica para el Cambio (APC), que se rompió esta semana, cuando el partido de la coalición que detentaba la mayor bancada en el Congreso, el partido Liberal, apoyó el juicio político en su contra.

Cuando faltan nueve meses para las elecciones presidenciales, Lugo fue destituido el viernes por el Congreso, acusado de mal desempeño de sus funciones, tras un sangriento enfrentamiento ocurrido el 15 de junio, donde murieron 11 campesinos de un movimiento sin tierra que le es próximo y 6 policías.

Varias denuncias de paternidad afectaron su popularidad.

Después de haber asumido la primera magistratura, su popularidad resultó afectada por una serie de denuncias de paternidad realizadas por varias mujeres, que le reclamaban el reconocimiento de hijos que según ellas tuvieron con él mientras era obispo de San Pedro, el departamento más pobre del país.

De 93% de aprobación al asumir cayó a 30% en abril de 2009, cuando se vio obligado a reconocer un hijo de 2 años, Guillermo Armindo, que tuvo de Viviana Carrillo, de 24 años.

En agosto de 2010, sus médicos anunciaron que padecía de cáncer linfático, en su última fase, pero aseguraron que podía curarse. Se sometió a seis sesiones de quimioterapia en Sao Paulo, Brasil, al tiempo que redujo considerablemente sus apariciones públicas.

Hace dos semanas, Lugo se vio obligado a reconocer a otro hijo varón (Ángel de 10 años) de una segunda mujer que le reclamó la paternidad, en tanto otras dos le entablaron juicio por el mismo motivo.

La lucha por la tierra de los campesinos pobres sacudió a su gobierno

Impulsado a la política por su labor entre los campesinos, Lugo aseguraba al asumir la presidencia que haría una reforma agraria «diseñada y negociada con todos los actores involucrados sin caer en procesos traumáticos ni violentos».

Pero fue desbordado por las invasiones de grupos de campesinos adeptos al gobierno a propiedades de ricos productores en el este, la región agrícola más rica del país, en la frontera con Brasil y Argentina donde prosperan miles de colonos «brasiguayos».

Hacendados y políticos de oposición denunciaron esos procedimientos violentos.

Los dirigentes de los campesinos sin tierras de la Liga Nacional de Carperos, que invaden propiedades y se instalan en carpas de plástico, fueron recibidos en varias oportunidades por el presidente en el Palacio de Gobierno y en la residencia presidencial.

El viernes 15 de junio pasado, un grupo de 6 policías desarmados que fueron a parlamentar antes de un desalojo de una finca con los ocupantes carperos en Curuguaty, 250 km al noreste de Asunción, fueron muertos en forma sumaria, presumiblemente por francotiradores que estaban del lado de los campesinos.

La reacción de la retaguardia policial provocó la muerte de 11 campesinos y la consiguiente crisis y el pedido de juicio político del presidente.

– De la vocación religiosa al destino político

Nacido el 30 mayo de 1951 en una familia humilde en la pequeña localidad de San Solano, 400 km al sureste de Asunción, Fernando Lugo es el menor de siete hermanos, cinco varones y una mujer.

Tres de sus hermanos, militantes opositores al regimen de Stroessner, debieron exiliarse después de haber sido torturados, y su padre también fue detenido en varias oportunidades.

Pero, a él se le despertó la vocación religiosa a los 19 años, y a pesar de la oposición de su padre, ingresó al noviciado de los misioneros del Verbo Divino en 1970 y fue ordenado sacerdote en 1977.

Misionero, partió luego a Ecuador donde trabajó con los pobres hasta 1982.

En 1983 fue expulsado de Paraguay por el regimen de Stroessner, y vivió cuatro años exiliado en Roma, antes de regresar al país, donde en 1994 fue consagrado obispo de San Pedro (centro).

En el 2004, a la edad de 50 años fue imprevistamente jubilado y pasó a ejercer como obispo emérito, sin cargo.

Lugo incursionó recién en política el 29 de marzo de 2006, cuando logró reunir a 40.000 personas de todas las tendencias para protestar contra el entonces gobierno de Nicanor Duarte (2003/2008).

Aquel mitin en la plaza del Congreso paraguayo fue el trampolín que lo impulsó a colgar la sotana y se convirtió en el eje de una «concertación nacional» con el objetivo de terminar con el monopolio del poder por los colorados.

Su incursión en política le valió la suspensión «a divinis» del Vaticano.

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