Crisis sin fondo

Cae gobierno holandés incapaz de aplicar recortes al «estado de bienestar»

El primer ministro holandés, Mark Rutte / AFP

El primer ministro holandés Mark Rutte debió renunciar, junto a todo su gabinete ministerial, ante la disyuntiva de enfrentar a todos los partidos políticos rivales, sin posibilidad alguna de triunfo.

El sector conservador en minoría de Rutte, presentó la dimisión a la reina Beatriz, tras informarle que no están en condiciones de cortar el presupuesto 2013 en 15.000 millones de euros, como lo exigen las pautas de la Comisión Europea.

Máxima calificación crediticia

La renuncia conmociona a toda Europa, más allá de por la capacidad económica de Holanda, porque es, junto a Alemania uno de los dos únicos países que han logrado conservar la máxima calificación crediticia AAA, dentro del bloque euro.

La Casa Real de Holanda, que aceptó la dimisión, convocó a los principales políticos del país, a hacer un esfuerzo «máximo en interés del país».

El gobierno que salga electo de la anticipada convocatoria a las urnas, que seguramente se cumplirá en junio, deberá mantener al país dentro del margen del 3% de déficit fiscal que exige la Comunidad Europea a todos sus adherentes.

Los opositores a esta política exigida también a Holanda y por la que cae el gobierno, están liderados por el Partido de la Libertad, que rechaza «una adhesión de esclavitud con el resto de Europa» y dice que los holandeses deben permanecer dentro de su estado de bienestar «y no sufrir por motivo de los dictadores de Bruselas», en alusión a la sede de la Comunidad Europea.

Las fuerzas leales a Rutte, afirman que los opositores «dejan caer la pelota en el peor momento posible» para la economía holandesa y que propician la crisis para beneficiar sus intereses antes que los nacionales.

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