Al verse perseguido, uno de ellos raptó a una mujer y dos niños

Cayeron los asaltantes que se hacían pasar por policías

Todo empezó en la medianoche del miércoles cuando una patrulla de la Seccional 21ª, que se dirigía a la sede, pasó por la esquina de las calles Aranguá y Marconi a dos cuadras de José Batlle y Ordóñez.

Por aquellas cosas sutiles de cada profesión, los agentes repararon en un auto «Chevette» de color celeste, modelo 84, ocupado por tres hombres. Los policías notaron cierto nerviosismo en los ocupantes y dieron la vuelta para identificarlos. Cuando dos agentes descendieron del coche, los desconocidos abrieron fuego generando la respuesta policial.

El tiroteo fue breve porque el hombre que estaba al volante del «Chevette» aceleró para darse a la fuga. En algún momento el auto sospechoso se detuvo para permitir la fuga de uno de los individuos ya que al ser alcanzado nuevamente, los funcionarios notaron que ahora iban dos individuos. En otra maniobra similar, intentaron facilitar la fuga a otro maleante pero los agentes estaban preparados. Uno de los policías también bajó y tras una breve carrera logró darle captura siendo inmediatamente esposado.

Para ese entonces, el alerta dado por los policías permitió el arribo a la zona de varios patrulleros y móviles de la Seccional 8ª, así como de Hurtos y Rapiñas. El detenido fue identificado como Alvaro Gabriel Cardozo Leal de 30 años. Instantes después el otro maleante continuó la fuga a pie, siendo visto cuando penetraba en una casa de la calle Bell e inmediatamente la rodearon justo cuando llegaban las unidades de la Seccional 8ª al mando del subcomisario López, quien asumió el procedimiento.

Toma de rehenes

Los funcionarios dieron la voz de preso al sospechoso, pero éste apareció por una ventana de la casa escudándose detrás de una mujer a quien sostenía por el cuello con su mano izquierda, mientras que con la derecha le apuntaba con un arma de fuego en su cabeza.

La mujer gritó a los policías que no tiraran ya que en la casa estaba su nieto de diez años y otra niña 13, a quienes el delincuente obligó a tenderse en el piso.

El subcomisario López desarrolló a partir de ese instante un diálogo con el delincuente procurando tranquilizarlo, y así evitar cualquier desenlace fatal o agresivo para las víctimas. Contaba con el apoyo interno de la mujer, que según fuentes policiales tuvo una activa participación.

La situación fue muy tensa y demandó unos 30 minutos de paciente diálogo, desarrollando con éxito López la función del «negociador» policial. Finalmente, el individuo, viéndose rodeado, optó por soltar a sus víctimas y entregarse a la Policía.

Contrabandista y copador

Los dos detenidos fueron derivados a Hurtos y Rapiñas, que junto con los pesquisantes de la Seccional 8ª lograron establecer sus andanzas. Así se estableció, para sorpresa de los funcionarios, que se trataba de la banda que desde hace varios meses viene cometiendo copamientos, cuyos integrantes se hacen pasar por policías.

El delincuente que se había parapetado en la casa de Sayago fue identificado como José Luis Quinteiro Trucido, de 28 años, un individuo que se encontraba fugado del Penal de Libertad desde el 24 de diciembre de 2000. Este delincuente había sido procesado en 1996 por el delito de homicidio especialmente agravado tras haberse probado que asesinó a su compinche Touset Pintos en un «ajuste de cuentas». Después de asesinarlo le prendió fuego pretendiendo «esconder» el crimen.

Tras los primeros interrogatorios el maleante prófugo empezó a explicar con lujo de detalles cómo había sido su vida desde que escapó. Luego de la fuga logró llegar a Brasil donde se escondió unos meses amparado por los delincuentes locales.

Dijo que luego de dar unos cuantos golpes hizo algunos «pesos» e invirtió en mercadería que trajo al Uruguay de contrabando. Realizó varios viajes hasta que se le ocurrió aprovechar su estadía en Montevideo para formar una banda, que se presentaba en comercios y casas de familias diciendo ser policías para que les franquearan la entrada. La Seccional 8ª estableció que participaron al menos en tres copamientos. El último con toma de rehenes y el 26 de setiembre y cuatro de octubre contra un almacén y una casa respectivamente. El auto en el que viajaban es propiedad del otro detenido, y lo usaban para trasladarse hacia los lugares elegidos para cometer los copamientos. Los antecedentes fueron puestos en conocimiento del juez mientras se busca al prófugo, que ya se encuentra plenamente identificado. *

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