Es el cabecilla de la organización que lavó 500 mil dólares e introdujo casi media tonelada de cocaína

Alexander Pareja García, el poderoso narcotraficante colombiano, podría ser extraditado en muy pocos días

El colombiano Alexander Pareja García fue arrestado en San Paulo a fines de setiembre del año pasado luego de que Interpol Uruguay librara una orden de captura a nivel internacional.

El cabecilla de la banda, que estaba compuesta por medio centenar de personas, es acusado de narcotráfico y de haber lavado al menos 50 millones de dólares en sólo tres años en casas cambiarias del Uruguay.

Pareja había logrado escapar cuando la Dirección General de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas (Dgrtid) inició los procedimientos que finalizaron con 30 detenidos y 24 procesamientos, en un operativo sin precedentes en nuestro país, denominado «Operación Campanita».

De inmediato, la jueza Anabella Damasco solicitó la captura internacional, a sabiendas de que el cabecilla de la banda había logrado salir del país.

Luego se supo que Pareja salió por el Chuy rumbo a São Paulo, donde tenía buenos contactos con algunos miembros del Primer Comando de la Capital (PCC). Su intención era mantenerse oculto por varios meses y luego continuar armando su imperio que es valuado en varios millones de dólares.

Con el dinero que retiró de una de sus cuentas, el colombiano alquiló una para nada modesta vivienda en las afueras de la ciudad, donde permaneció oculto junto a una guardia de seis hombres fuertemente armados.

Pero su estrategia se derrumbó a poco de empezar. Las investigaciones realizadas en Uruguay por la Brigada antinarcóticos e Interpol guiaron a los efectivos de la guardia de choque de la Policía Federal brasileña hasta las puertas mismas del flamante domicilio de Pareja.

En horas de la noche, el grupo comando rodeó la casa y procedió a la captura del narco y sus guardaespaldas.

Además de las detenciones, se incautaron de armas de grueso calibre, documentos falsificados y pasajes a Colombia. Esto fue tomado por la Policía como una clara señal de que Pareja no pensaba estar mucho tiempo en territorio norteño y que estaba dispuesto a regresar a su país, donde seguramente iba a ser protegido por los más altos rangos de los cárteles allí existentes.
El colombiano fue trasladado a una cárcel de máxima seguridad, donde hasta el día de hoy está recluido a la espera de que se concrete su extradición.

En tres años, este grupo delictivo almacenó una fortuna cercana a los cincuenta millones de dólares, que «lavó» en la adquisición de propiedades, tanto en Montevideo como en el Interior, donde los sujetos eran propietarios de un lujoso hotel en Punta del Este, varios campos en Cerro Largo, y diversas empresas, entre las mismas una de cambio que operaba en Montevideo.

 

En valijas y contenedores

El sistema que empleaban para llevar a cabo el traslado de drogas tenía como puntales a dos pilotos de la empresa aérea Pluna que todavía cumplen condena en Santiago Vázquez, aunque tiempo después también se supo que eran los responsables de varios cargamentos que salían rumbo a Europa en contenedores que simulaban llevar cereales y conservas.

El colombiano, con sus contactos, adquiría los cargamentos en Colombia y luego por tierra los trasladaba hacia la Argentina o Brasil, donde también por tierra los ingresaba a nuestro país.
Una vez en Montevideo, la droga era enviada a una finca en la zona de Manga y de allí en paquetes de dos kilos la llevaban a una vivienda del Parque Batlle, donde funcionaba un muy bien montado laboratorio clandestino.

Allí la acondicionaban y finalmente la colocaban en los armazones de valijas, que eran enviadas a Europa con seguridad por intermedio de los pilotos, quienes a su vez recibían el dinero y lo traían al país.

El propio director de la Dirección General de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas, Julio Guarteche, dijo que Pareja «es el jefe de esta organización y dueño de la droga. El susodicho era el encargado de adquirir la cocaína y es un individuo muy importante a nivel internacional, a pesar de ser una persona joven (36 años), y además posee muchos bienes y mucho capital».

El poderoso narco, a pesar de tener varias propiedades en Uruguay, no residía en nuestro país y sólo visitaba los «negocios» una o dos veces por año, alojándose en hoteles 5 estrellas de Montevideo y Punta del Este.

Desde su captura, la Justicia aguarda su extradición, que se vio complicada por la burocracia del sistema judicial brasileño. Si bien es inminente su traslado, faltan varias firmas y un sinfín de sellos que son «un requerimiento legal de suma importancia» para que un detenido con captura internacional salga de territorio brasileño.

 

«Nacho», su enemigo

Tal vez impulsados por la reciente extradición de otro de los integrantes de la banda, el también prófugo Nazzar «Nacho» Chemanovian, la Justicia del vecino país apuró el papeleo y el regreso del narco se podría concretar en sólo algunos días.

Lo que todavía no está definido es cómo se realizará el traslado del peligroso narcotraficante a nuestro país, ya que al tratarse de «un detenido muy poderoso» se tienen que tomar los máximos cuidados.

Nazzar Chemanovian fue extraditado desde Colombia en un vuelo especial en el que viajaron unos 30 agentes, varios de ellos uruguayos pertenecientes a Interpol. El avión llegó a las 14:00 horas al Aeropuerto Internacional de Carrasco en medio de un impresionante operativo de seguridad.

«Nacho» había sido detenido en Colombia luego de que se librara su orden de captura por ser uno de los responsables del trabajo de «lavado» del dinero de la organización.

El recientemente extraditado y procesado por la Justicia por «narcotráfico» se había quedado con medio millón de dólares que pertenecían a sus jefes, uno de ellos justamente Alexander Pareja García, con quien, de concretarse el pedido de extradición, seguramente se cruzará en los pasillos de la Cárcel Central en los próximos días.

Las autoridades de la cárcel ubicada en el mismo edificio de la Jefatura de Policía de Montevideo, aseguran que se trata de un recluso en «tránsito» y que esa no será su «morada» definitiva, aunque reconocen que debido a la importancia y su poder a nivel internacional se hace muy difícil ubicar un lugar seguro donde alojarlo. *

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