Afirman que dueño de Free Shop acusado de mandar matar a los dos policías brasileños cayó en una trampa

Paralelamente, los abogados, encabezados por la doctora Alejandra Carballo, en base a la presentación de un recurso de amparo, tratan de lograr la reapertura del Free Shop, negocio en el cual Curi tiene una participación accionaria del 25 por ciento.

Cabe recordar que el juez en lo penal de 2º Turno, Mijhail Rottas procesó además a Walter E. Pintos por el mismo delito que a Curi (coautoría de homicidio especialmente agravado), en tanto que a los hermanos Fabián y Rafael Bengoechea se les tipificó un delito de «encubrimiento», todo lo que está siendo estudiado en detalle por la defensa del empresario.

Las pruebas que se han ido acumulando permiten suponer que el empresario riverense Joaquín Curi Lara fue víctima de un «procedimiento mafioso», al decir de voceros de la justicia brasileña consultados por LA REPUBLICA.

La cantidad de elementos que aparecen en su contra, y que no condicen con el hecho de que el mismo Curi junto a su familia no se encontraran en el país en el momento del doble homicidio, lo que aparecía como la «coartada perfecta», darían la pauta de ello.

En ese sentido es sintomática para los abogados de Curi, la rectificación en la declaración de Walter Pintos, quien se autodenominó como hombre de confianza del empresario, que inclusive desistió de la presencia de su abogado defensor, el doctor Fernando Araújo, a la hora de cambiar la versión.

El hecho de que Fabián Bengoechea declarara ante la Policía y la Justicia, que era él y no Walter, el «hombre de confianza» del empresario, y que nunca había recibido la orden de matar a los dos policías y ni siquiera lo comentó con el propio Guimaraens, quien a la postre resultó autor de los homicidios, muestra claramente una contradicción entre dos personas que tuvieron participación directa en los crímenes, de acuerdo con el análisis que están haciendo los abogados.

Para mayor abundamiento quedó probado que tanto el «Negro Walter» como Fabián Bengoechea, estuvieron presentes a la hora del crimen. Walter dentro del local y Fabián afuera, haciendo las veces de «campana».

A Walter Pintos la Justicia lo procesó por «coautoría de homicidio especialmente agravado», mientras a Bengoechea se le tipificó «Encubrimiento», lo cual llama la atención de los abogados de Curi.

 

«El trabajo está hecho»

Para la justicia brasileña, Rafael Bengoechea es pieza importante y al decir de los investigadores brasileños «sabe más de lo que dice». En el expediente, en las dos ocasiones en las que fue interrogado, negó toda participación en el hecho, a pesar de que su propio hermano lo incriminó directamente, al punto de que era quien financiaba la presencia de Guimaraens en la frontera. mPero además, el día del doble crimen, el propio sicario, junto a su hermano Fabián y al «Negro Walter», se presentaron en su domicilio, para comunicarle: «pronto, el trabajo está hecho, ¿qué hacemos?». Fue entonces que, según consta en el expediente, Rafael respondió: «Ustedes desháganse del auto que yo me encargo del resto». Al otro día, le dijo al vendedor del auto, quien todavía no lo había cobrado, conocido como Marcio o «Gitano», «mirá que a mi hermano le robaron el auto, hacé vos la denuncia que sos brasileño». A esa altura el auto ya había sido destruido por el fuego iniciado por Walter, Fabián y el propio sicario norteño.

Por si fuera poco el enredo, uno de los jefes de la mafia del contrabando, conocido como Cándido, habría presentado una denuncia penal contra Rafael Bengoechea por «apropiación indebida», lo que se está investigando.

Por otro lado, la investigación realizada por la Policía Federal brasileña, que apuntaba a la detención de Curi, se argumentó que la misma se realizaría para posterior extradición. Esta versión fue rotundamente desmentida por el juez federal para Rio Grande do Sul, doctor Belmiro Krieger, quien afirmó que en ningún momento se pudo materializar una causa penal en contra del empresario, que el mismo sería citado a declarar, pero que no sería detenido. Lo cierto es que, investigadores federales, que no pertenecían a la región, llegaron a Rivera, realizaron interrogatorios y participaron de procedimientos, con la «convicción» de la culpabilidad de Curi, lo que, aparentemente, fue compartido por investigadores de nuestro país, a pesar de que de todos los interrogados, el único que lo acusó fue el «Negro Walter». Este, desde su detención y traslado a la Cárcel de Tacuarembó, aparentemente y por lo menos una vez, habría intentado quitarse la vida, seguramente ante el temor de enfrentarse a un careo con Curi, que es una de las acciones a llevar a cabo por la defensa del empresario.

 

José Martins: un culpable sin rostro

Para los investigadores, cada día cobra más fuerza la participación directa de José Antonio Martins, alias «El Grande», sindicado como el capo máximo de la mafia del contrabando, como el autor intelectual de los crímenes de Ronaldo de Almeida y Leonel Ilha Da Silva. Martins se reunía en forma periódica con Guimaraens en un conocido hotel cinco estrellas de la capital del país (reuniones de las cuales participaban otras personas cuyas identidades aún no se han podido conocer), desde donde monitoreaba los negocios millonarios en dólares. Se supo que «el Grande» o «JAM», tiene antecedentes penales en Riberao Preto, desde donde comenzó a edificar una gigantesca estructura de corrupción y muerte, que tiene «puntas en Asia, desde donde sale la mercadería hacia Miami, donde actúa su «socio» Clelio De Gáspari y en Montevideo, desde donde se organizaría la distribución.m Para algunos investigadores, «esto recién comienza» y se considera que una gran parte de las jerarquías de la Policía Federal estaría involucrada, pero además, se entiende que es importante saber de qué forma y bajo qué cobertura operaba Martins desde Montevideo, de acuerdo con lo comprobado en las escuchas telefónicas en poder de la Policía federal brasileña y a las cuales pudo acceder LA REPUBLICA. *