Caserita, a la uruguaya

Torta pascualina, la receta que encantó a Paul McCartney

La pascualina es oriunda de la Liguria, en Italia.

Los uruguayos somos especiales («raros», al decir del finado Néstor, el marido de Cristina), no venimos al mundo con un pan abajo del brazo, sino con una noble torta típìca italiana: la pascualina. Viene a ser el reverso gastronómico del asado, la faz vegetariana que todos llevamos dentro.

A la pascualina uruguaya no le hacía falta más fama inernacional, de tanta que acumula por la diáspora compatriota, que ha llevado su receta ancestral a los siete confines del mundo. Hasta que llegó Sir Paul.

Dicen los que lo vieron que quedó encantado con la que devoró entre las pocas especialidades locales que se permitió degustar en su inolvidable visita a Montevideo el pasado 14 de abril. Vegetariano militante, el beatle sólo preguntó si las verduras del relleno eran orgánicas, como él las prefiere. Juan Ángel, el único «valet» uruguayo que lo asistió en su recámara, confió a LARED21 que el músico «no dejó nada» de aquella redonda exquisitez autóctona. ¡Grande Paul!

Lista de ingredientes

 Para el relleno

4 atados de espinaca o 2 de espinaca y 1 de acelga.

1 cebolla picadita chica

2 dientes de ajo picaditos

3 cdas. de aceite

1 taza de queso rallado

6 huevos

sal, pimienta y nuez moscada

1 pizca de azúcar

Para la masa

2 tazas de harina

50 gr. de margaina omanteca

2 cucharaditas de polvo de hornear

1 cucharita de sal

1/2 taza de agua

Preparación

Hervir las hojas con poquita agua unos minutos, solo hasta que se «rindan».

Se pican y se escurren bien, apretándolas en el mano o contra un colador.

Se saltan en el aceite con la cebolla y el ajo.

A la preparación se le agrega el queso rallado, dos huevos (menos una yema que se reserva), sal y los condimentos a gusto.

Masa: la harina se trabaja con la manteca y la sal hasta que quede en grumos y luego añadiendo el agua de a poco, amasando hasta que quede tierna y homogénea.

Se divide en dos partes y con la primera se forra una asadera adeitada y enharinada.

Se coloca el relleno.

Se «incrustan» 4 huevos crudos en el relleno, haciendo un hueco con una cuchara para colocar cada huevo.

Se tapa la torta con la otra mitad de la masa, uniendo los bordes. Pintarla con la yema reservada.

Hornear a temperatura media-alta (200º C) por unos 40 minutos, hasta que dore la tapa.

 Bon apetit! 

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