Justin Bieber abandona el escenario de Oslo tras su primera canción molesto con el público

La cuestión en Oslo ha ido a mayores, a tal punto que Justin abandonó el escenario cuando promediaba la primera canción y canceló el show, lo que motivó un escándalo viral en las redes sociales europeas.

Lo real es que el artista atribuyó a que “las personas de la primera fila no escuchaban” lo que cantaba y por eso dejó el escenario sin más. En su cuenta de Instagram publicó poco después una explicación y un pedido de disculpas, algo que buena parte de los noruegos se niegan a aceptar.

“Es muy triste, ha sido una semana difícil para mí, muchos días sin dormir, mientras tengo que estar «listo», como ellos dicen, para las cámaras, fans, etc. De ninguna manera quise ser grosero, pero decidí terminar el show cuando vi que las personas de la primera fila no escuchaban. Espero que la gente sepa de dónde vengo. No siempre manejo las cosas de la manera correcta, pero soy humano y estoy trabajando en ser mejor respondiendo que reaccionando”, dice en la primera parte del mensaje de disculpas.

“Desgraciadamente, hay personas que se vieron afectadas por cómo soy. Lo siento mucho por las personas que estaban hacia atrás del público y por todo aquel al que pude ofender. Siento también haber hecho perder su tiempo a la gente que veía el concierto por la televisión. Me aseguraré de arreglarlo la próxima vez. Con amor, Justin”, concluyó.

Por su parte Gjermund Moastuen, director de marketing de Universal Music en Noruega, habló en nombre de los productores: “Estamos muy arrepentidos de lo ocurrido. Parecía que iba a ser una noche agradable, hasta que pasó esto” sintetizó sin más comentarios.

Ampliando el historial de inconducta social

En la primera fase de la gira en España ya había recibido críticas por bostezar durante un programa en que lo entrevistaban en vivo en la televisión, e incluso irse sin más del programa “Los 40 principales” uno de los más famosos dedicado a la música en el país.

Justin parece no escarmentar en tal sentido, o tal vez su inconducta social sea empleada como acicate para estimular a los adolescentes inconformes que comparten ese tipo de actitudes.

En Argentina en 2013, había sido fuertemente criticado cuando barrió el piso de escenario con la bandera nacional, lo que le valió hasta una demanda.

En Nueva York, ha orinado en los pasillos de los restoranes, insultado figuras públicas cuyas fotos aparecían colgadas en lugares públicos, y otros pormenores similares.

En Holanda, firmó el libro de visitas del museo de Anna Frank con un: “Realmente inspirador poder venir aquí. Anne fue una chica genial. Con suerte podría haber sido una believer”.