El referendum que la felonía no permitió.

Hoy que toda una ilusión se derrumba para los centros financieros en la luchadora Grecia y, en el desgarrador recuerdo de los años setenta de nuestro querido Uruguay nos sitúa, donde la tortura, la muerte y la traición la mano se dieron para imponer una estafa so pretexto de una subversión que como anillo al dedo le vino para firmar deudas externas inventadas, donde una ves caído el telón ante una obra impuesta a los balazos, con un alto costo de vidas humanas y daño psicológico para miles de familias que se vieron en la necesidad de tomar el camino del autoexilio ante la desesperanza interna que se le crea a quien comprende que se están creando «finas» condiciones de políticas inmorales, para que en la charca entre la burguesía y la alta dirigencia militar a través del terror sin obstáculo alguno, disfruten y festejen
Hoy que nos duele el recuerdo de lo tristemente vivido; hoy que muchos callan y se desentienden de lo que pasando está, en este asaltado mundo, fueron los que ayer por migajas firmaron deudas inventadas ante un temeroso país que todavía hoy sufre el desgarramiento moral y económico en el que fue obligado nuestro pueblo a subsistir, teniendo estos cipayos en un dorado altar, a cuanto moderno invasor por el mundo anda sin el mas mínimo análisis hacer de su responsabilidad, ante tanta evidencia demostrada.
Hoy que el gran capital recula en Grecia ante la fuerza de la dignidad de su pueblo, a la memoria me vienen todos los que lucharon y que entre nosotros no están; protectores visionarios que pagaron con torturas y desapariciones antes que un referendum propusieran.