Por Piedad!

¿Quien en sus juveniles años no sufrió el embate de la incertidumbre ante el inclemente golpeteo de las penurias económicas en nuestra casa familiar?
¿Quien podría en ese doloroso marco afirmar, que se entregó y a la familia renuncio?
¿Será acaso un despropósito lo que con sentimiento afirmo aquí?
Reflexionar sobre lo vivido y enfrentarlo a las inmensas vertientes que el mundo de la política toca en nuestra cotidianidad, solo hacen para quienes sus ideales claro tienen,
que jamas lo económico y sus mil formas inducidas de desear nos apartaran del confort que el socialismo en un todo al espíritu le aporta.
El sabio y constante regreso a un pasado glorioso que en nada tiene que ver con el «apestante tufo» que recorre gran parte de Latinoamérica hoy, cargado de violencia por capitales que solo desean sus arcas abultar, es solo un deseo reprimido de paz que pretende en el silencio desesperadamente volar a otras formas de vida y no las puede encontrar.

Es tanta la maldad que en el sistema impuesto aflora, que con total astucia se nos fragmentó el alma y en mil pedazos la hicieron volar, destrozando los valores para reinar.
Las grandes maquinarias de los medios en esa perfecta corporación hacen su trabajo a la perfección, idiotizando a una juventud que el sistema le tiene prohibido a los gobiernos Latinoamericanos educarlos en el amor a la patria y en el sentido de pertenencia, cortando de raíz en esa desafiante actitud que la tan ansiada verdad !!POR FIN SALGA A LA LUZ!! y como un cadáver en descomposición sobre la mar flote por cientos de años para verguenza de quienes a nuestra América secuestrada la tienen hoy.
Mi ser lleno de optimismo está, consciente soy que dos enormes indices a las Américas esperanzados apuntan, uno cargado de impostura, avaricia y traición y, el verdadero, el autentico, el que en forma de salvadora amalgama une los sueños de las grandes mayorías, que abrazan en su intimidad la pureza, el amor y la autenticidad demostrado en los grandes movimientos sociales que luchan por la verdad y la justicia ubicandonos en su accionar, en esa niñez y adolescencia que en la amada casa paterna nuestros padres contra la maldad y el impostor nos hablaban, dejándonos de paso en el paladar de nuestras almas el exquisito sabor que todo idealista de los valores saborea cuando en medio del caos vemos como nuestros lideres con la paciencia que la sabiduría ofrece, luchan tenazmente para liberar a sus pueblos, y en los tan deseados espacios lejos del egoísmo que el capitalismo pretende imponer dejarlos, y lograr así la nueva forma de vida que anhelamos, y que tanto nos cuesta encontrar.
El dialogo lo es todo para los amantes de la paz.

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