El hijo, el padre, y en lugar del espíritu santo, nosotros.

 

El arte de no mentir

Estamos llegando al final de una campaña donde uno de los temas más importantes ha sido la filiación de cada candidato.
Parece más importante discutir sobre quién es el padre, que saber qué propone un candidato.

Se involucra en toda discusión, el padre, el hijo, y se salva el espíritu santo porque nadie de los que así actúan debe saber decir amén.
Hemos escuchado hasta el cansancio que Luis Lacalle Pou no puede ganar porque ya conocemos la historia del ex Presidente Luis Lacalle, padre del candidato actual.
También escuchamos que Pedro Bordaberry tiene el mismo peso muerto, el peso de ser el hijo de el ex Presidente José Bordaberry.
En función de la estrategia política acertada del candidato nacionalista, que decidió actuar mirando lo positivo de él y de todos sus adversarios políticos, en lugar de criticar, se ha escuchado poco hablar de Raúl Sendic, hijo del líder tupamaro, el bebe Raúl Sendic.
Pero no podemos negar, es ésta una elección de candidatos hijos.
A nadie con un mínimo de racionalidad se le puede ocurrir pensar que si la elección la ganara Luis Lacalle Pou, volvería repetir los errores que muchos le imponen a su padre.
De la misma forma, nadie puede pensar que Pedro Bordaberry hará una alianza inmediata con los militares para disolver las cámaras y llevarnos a un nuevo estado de excepción, simplemente porque su apellido es Bordaberry.
Así como nadie puede pensar que Raúl Sendic hijo volvería a marchar con los cañeros de Bella Unión reclamando por la tierra y con Sendic.
Haciendo uso de una frase que el actual Presidente de la República, un ex luchador social, como lo indica su propia autodefinición , UNA COSA ES UNA COSA, Y OTRA COSA, ES OTRA COSA.
Mejor aun y más explicito: “a no confundir chorizo con bicicleta”.
Luis Lacalle Pou es Luis Lacalle Pou, no es otra persona, así como lo es Pedro Bordaberry así como lo es Raúl Sendic.
Debemos elegir nuestros futuros gobernantes por sus propuestas y evaluando su propio pasado, no el pasado de sus padres.

Decía José Pedro Varela, el fundador de la escuela según nos enseñan los maestros en todas las escuelas públicas de este país, “en todas partes y en todos los tiempos, siempre han sido personas jóvenes las que han generado los cambios que la humanidad necesita”. Lo decía Varela y hay que aceptarlo porque es así la historia de la humanidad, y no podemos poner como barrera para los cambios las historias familiares de los antepasados de los candidatos.
Podrían ser los tres candidatos jóvenes si la nomenklatura del Frente Amplio hubiera aceptado el mandato popular que surgió en las pasadas elecciones internas. Pero que los olmos no dan peras, eso es una cosa obvia.
Y de los dos representantes, blanco y colorado, sin dudas el candidato del Partido Nacional Lacalle Pou, el candidato del eslogan “por la positiva”,es el joven que ofrece más esperanzas y así lo esta viendo la gente en todo el país. Es un dato de la realidad que nada tiene que ver con el sentimiento político que cada uno pueda tener.
Vamos a animarnos, vamos a actuar con la razón por encima de los sentimientos, vamos a usar esa formidable herramienta que son los partidos políticos para que esa magnifica máquina llamada democracia pueda hacer el trabajo que todos aspiramos que se haga, y así lograr que los uruguayos puedan ser felices.
Tenemos que recuperar el Uruguay para todos los uruguayos, ese es el deber, es el voto que el alma pronuncia, y que todos debemos saber cumplir.

 

 

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