Separación de Iglesia y Estado

He leído con preocupación que la diputada del Partido Nacional tuvo el apoyo de dos pastores evangélicos en las pasadas elecciones internas. Me parece una gran anomalía que esto suceda porque aunque no sea ilegal va contra la valiosa separación de la Iglesia y el Estado. Si recordamos las grandes tragedias humanas que se generaron en la Edad Media debido a que no existía esa separación deberíamos visualizar que no es bueno que la política se mezcle con la religión, se pueden desatar grandes perturbaciones sociales si eso acontece. Me parece sumamente peligroso que los pastores evangélicos guíen a la gente que concurre a las iglesias a votar por cual o tal candidato. Y deberían dejarlos libres para que sus congregantes elijan a conciencia a quienes determinarán la suerte de sus partidos políticos. Deberíamos tomar conciencia del peligro que acecha a la sociedad si realmente no comprendemos el valor inmenso que tiene en la democracia que cada persona realice su propio trabajo para saber a quién votar y no que haya alguien que «digite» su voto o indique en qué sentido debe ir. El desarrollo de la vida democrática exige que cada persona se preocupe por los destinos del país y no debería delegar en otros sus decisiones sagradas. Quizás el bajo índice de votación de las elecciones internas esté indicando algo grave: la poca conciencia que tenemos los uruguayos de la importancia de ejercer nuestros derechos como ciudadanos. Me pregunto cuando las cosas marchen mal debido a las decisiones equivocadas que tomaron quienes resultaron electos ¿nos olvidaremos que nosotros fuimos responsables que otras personas no estuviesen dirigiendo los destinos de nuestro país? ¿Nos quejaremos como tan típicamente se actúa en nuestro querido Uruguay cuando no movimos un dedo para mejorar la situación de todos? ¿Tan decepcionados estamos de la democracia? Habría que recordar con gratitud la lucha inmensa que mucha gente llevó a cabo para restaurar esta perla de gran precio que es la democracia.