Aratirí: ni voz ni voto

Partiendo de la base que toda actividad humana tiene un efecto directo en el medio ambiente, no deja de asombrarme como el gobierno se empecina en llevar adelante el proyecto de la minera Aratirí.

La minería a cielo abierto es la forma de extracción más destructiva y contaminante, esto es una realidad comprobada, estamos hablando de perforar y dinamitar gigantescos agujeros en pleno campo, cráteres de donde se extraerá el material ferroso que será separado de la tierra y será enviado a kilómetros de distancia a través de un mineroducto para llegar al futuro puerto de aguas profundas (otro tema..) para su carga y transporte en barco.
Dicho esto es bueno tomarse un momento y preguntarse algunas cosas.

El Uruguay es de todos, del oficinista, chofer de ómnibus, trabajador rural ,escolar, jubilado y ama de casa ¿en que se benefician con este «trueque de tierra» ?

¿Cuántos puestos de trabajo reales se generarán para los uruguayos?
¿Se verán afectadas reservas naturales?
¿como afectará a la producción agrícola y ganadera de la zona?
¿después que la empresa se retire del país (es un proyecto finito) quién se hará cargo de la recuperación de la zona?¿es recuperable?
¿ante esto podemos promocionarnos como Uruguay Natural?
¿afectará a la industria turística?
¿se contaminarán fuentes de agua subterráneas o superficiales?

Nuestros abuelos pueden haber cometido errores y haber hecho daño sin saberlo , nuestra generación tiene acceso a la información como nunca antes, no tenemos excusa; sabemos.
No podemos ser egoístas con las futuras generaciones y dar vuelta la cara ante esta realidad.
El gobierno en este caso particular debería tener una mirada a largo plazo y no tomar medidas apresuradas, quién los apura o los presiona?
En lo personal me siento impotente como ciudadano, veo que se toman decisiones que van afectarme en un futuro cercano y no tengo ni voz ni voto en ellas , solo soy un espectador.

Días atrás en una red social leí algo que considero que hay que tener presente siempre:

«cuando no existan más aves en el cielo, ni peces en el mar, ni árboles en la tierra quizás allí entenderemos que el dinero no se puede comer»