Argentinos y Uruguayos…¡Un solo corazón rioplatense!

Lo que el presidente Mujica declara (y hace), está muy acertado, muy coherente. Si se dejara llevar por quienes le reclaman ser más confrontativo, aceleraría un choque político catastrófico entre dos naciones que comparten un solo corazón…¿Habrá algún uruguayo que no tenga un pariente argentino?

Ellos son tan cisplatinos como nosotros, no debemos correr el riesgo de que el duelo político de nuestros gobernantes nos envuelva entre la «argentinidad» y el «uruguayismo», porque el prefijo «anti» aparece como por arte de magia. Y eso, es muy malo.

Los uruguayos tenemos identidad propia, única. Pero compartimos la cultura, el lunfardo, el acento fonético, el sentido del humor, la culinaria, la pasión futbolera, como con nadie más en las Américas hispano-parlantes. Yo diría que somos hasta algo más que hermanos…Los gobiernos, que vienen y van, no pueden herir esa amalgama rioplatense.

Personalmente, mis mejores amigos no sanguíneos, son argentinos; también tengo amigos co-sanguíneos (familiares) y mi relación con ellos es muy buena, ni siquiera nos acordamos que nacimos en repúblicas diferentes. Y sé que la mayoría de los orientales están en una situación igual, o parecida, con la mía.

En política comercial, estamos en una total desventaja con Argentina. Cuando explotó el «Corralito», Uruguay sufrió las peores consecuencias, y su recuperación fué mucho más tardía que en el país donde se generó. Las exportaciones y el flujo turístico, dependen en su mayoría de Argentina. Es por esta razón, que los políticos opositores abogan por un deterioro en las relaciones bi-laterales: Cayendo el comercio de productos y de turismo, habrá desocupación, con todas las dificultades que ella acarrea. Dificultades, que se convertirán en banderas y munición para desacreditar a la fuerza política de izquierdas.

Los uruguayos tenemos que pensar mucho, y hacer buen uso de la memoria, antes de ponernos de un lado u otro de las asperezas diplomáticas entre ambos gobiernos. Somos pueblo, como lo son los ciudadanos argentinos. Si los políticos se pelean, no dejemos que nos involucren. Nunca nos preguntaron si estamos o no, de acuerdo con sus decisiones.