La educación en los tiempos de la culpa

Luego de casi dos meses donde ha quedado planteada desde múltiples ámbitos la necesidad de un cambio estructural a nivel educativo, vemos como distintos sectores, gastan su energía buscando culpables. La culpa es del oficialismo, la culpa es de la oposición, la culpa es de los docentes, la culpa es de los padres, la culpa es… Y así vemos y escuchamos a lo largo de todo un día, semanas y meses…el mismo argumento, repetetivo, cansino, infinito.

¿Será posible un acto de grandeza por parte de la oposición y el oficialismo? ¿Será posible que puedan tener un gesto de coherencia y honestidad? ¿Qué por un instante piensen que la responsabilidad de la EDUCACIÓN PÚBLICA nos pertenece a todos?

Es notorio como los docentes, como en un circo romano, han sido tirados a los leones. Allí en el centro, en medio de la arena, frente a la multitud enardecida, que pide sus cabezas, mira atónita, agonizante, ya sin fuerzas…el pulgar, la señal que decida finalmente cómo seguirá la historia.

Vemos como en las discusiones en las cámaras, horas y horas se habla del pasado: ellos no hicieron..ellos no votaron…ellos nos llevaron a esto…¿y…si es así? …

¿Y ahora?

Estamos TODOS en un mismo barco, a la deriva, en medio del griterío, sin ser capaces de asumir y admitir que se debe cambiar…que lo tenemos que hacer AHORA, mirando al futuro y no perder más tiempo en argumentaciones infantiles.

YO, DOCENTE , ME DECLARO CULPABLE DE:

– Luchar por una mejor educación

– Tener frío, con vidrios rotos, sin calefacción, dar mi clase TODOS LOS DÍAS y decirlo

– Vivir con toda la adrenalina que una persona pueda resistir cuando se presenta uno de esos días complicados en una mañana, de un liceo cualquiera, cuando se quedó a cargo por artículo 20

– Trabajar desde mi casa, además del espacio de aula, conectada desde mi blog

– No poder evitar que mis alumnos abandonen porque después de intentarlo, me quedé sin soluciones

– No evitar que algunos alumnos se vinculen al delito

– Trabajar junto a mis compañeros en cursos de sensibilización, preparándolos a partir de las 23 horas, cuando mi día comenzó a las 6.30 horas.

– Preparar proyectos, junto a mis colegas, aún cuando la desazón lucha por apoderarse de nosotros.

– A pesar de todo esto, hay quienes se atreven a opinar sobre nuestro trabajo, diciendo que los docentes no piensan en sus alumnos, no les importan, no están preparados, no son vocacionales y como dijo un diputado, sonriendo… “los parlamentarios tienen que tener buenos ingresos, tienen que prepararse…tienen que leer mucho”…¿ Y LOS DOCENTES?

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