Chávez ayudaba a los estadounidenses

La muerte pone el broche final de nuestras vidas. Nuestras frágiles, ilusorias y cortas vidas.

¿Que son 80 años promedio en la historia de este alucinante planeta? Sin embargo, tan breve período de tiempo alcanza para que algunos de nuestra especie, provoquen cambios que perdurarán, tal vez, por el resto de la humanidad.

Para bien unos, para mal otros, pero ahí fueron quedando en la historia Espartaco o Aníbal, tan cerca de la victoria sobre el imperio romano, Cortés y Pizarro, de los más notorios europeos que arribaron a estas tierras para inundarla en la sangre de sus moradores. Ya más cerca, en nuestra historia, Artigas, Bolívar o del otro lado Urquiza, Alvear, Rivera. Sandino, Zapata contraponiéndose con Somoza o Duvalier o Stroessner. Guevara por un lado, Pinochet en el otro extremo. Héroes por un lado, traidores y ambiciosos, por el otro.

La muerte de cada uno de ellos significó solamente el término de su período vital, del funcionamiento de sus cuerpos. Sus figuras, sin embargo, siguen influenciando, aun hoy, a quienes se identifican con ellas. Dime a quien admiras y te diré quien eres.

El fallecimiento del presidente de Venezuela, uno de los más controvertidos personajes de nuestra época, con absoluta justicia acapara los titulares de el mundo. Nadie como él hubiera logrado repercusión tal que, seguramente, la noticia de su muerte, pudiera impactar hasta en el poblado más pequeño y apartado del planeta.

La mayoría de los periódicos del mundo ocuparon primeras planas con la noticia. Muchos lamentaron su desaparición, otros disimularon diplomáticamente su satisfacción. Desde el primer momento en que la noticia de su enfermedad se desparramó por el mundo, venían deseando, pronosticando, promoviendo, anunciando esa muerte, como buitres de papel entintado.

Hasta en su propia Venezuela, se alzaron voces en contra de este venezolano americano, que buscó por todos los medios poner un poco de justicia, en una sociedad castigada largamente con el mal reparto de su riqueza. Pero obviamente, esas voces fueron, son, de los pocos privilegiados que disponen de medios de difusión. Los mismos que haciendo campaña perpetua en contra del gobierno, han venido haciendo saber, por años, que no había libertad de prensa.

Muchos desconocen otros olvidan, nadie lo cuenta, que este personaje tan peculiar que era Chávez, le vendía petróleo más barato a las familias más pobres en los Estados Unidos, para que pudieran calentar sus hogares durante el invierno.

“Él está haciendo lo correcto”, dijo Linda Kelly, hablando del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien prometió esa ayuda y dispuso las subvenciones en una reunión con el Reverendo Jesse Jackson en Caracas. “Chávez puede salvar vidas, había gente que iba a morir de frío… Esto es algo enorme”, dijo Kelly. La pareja de Linda Kelly y Paul Kelly en Quincy, Massachusetts, tiene tres hijos, uno con diabetes. Linda Kelly tiene esclerosis múltiple. Los Kelly eran elegibles para las subvenciones de combustible de la compañía petrolera estatal venezolana, PDVSA, porque su asistencia estatal para combustible del gobierno estadounidense, se había acabado el invierno anterior. Venezuela había arreglado el despacho de 285.000 barriles a Massachusetts con un descuento del 40 por ciento.

El programa comenzó en el invierno de 2005 con una donación de 11 millones de galones (41 millones de litros), equivalente entonces a 8 millones de dólares y con cobertura de 100.000 familias y cuatro comunidades indígenas en ocho estados.

Durante sus ocho años de vigencia, el programa «ha ayudado más de 1,7 millones de personas a mantener sus hogares calientes durante los fríos meses de invierno, mediante la donación de más de 200 millones de galones (757 litros) de combustible», dijo la agencia estatal de noticias AVN, citando a Alejandro Granado, presidente de la compañía venezolana Citgo Petroleum Corp., que opera en Estados Unidos.

Estos son hechos. Son comprobables y muestran a las claras quien fué Hugo Chávez.

Se puede estar a favor o en contra, pero aquí mas que nunca, aplica el: «dime a quien admiras, y te diré quién eres».