Sin censura

Carta abierta de Alejandro Píriz Brum, preso en la celda 10 del Penal de Libertad

Envío esta carta con dificultad, y con riesgo de que sea incautada, censurada y fotocopiada, como me ha pasado anteriormente, y lo digo con total seguridad porque en otra ocasión traté de sacar otra de este establecimiento, y me fue incautada por la policía de inteligencia carcelaria. Lógicamente nunca pude saber ni sabré jamás cómo esa carta llegó a conocimiento de un ex-comisario inspector de Colonia, que nada tiene que ver en el sistema carcelario.

No voy a dar su nombre, pero sí voy a decir que fue quien me hizo encarcelar injustamente por el homicidio del narcotraficante Maurilio «Lilio» Martínez, de la ciudad de Carmelo, asesinado el 9 de abril de 1994 por Mario Soria, alias «Marito».

No solo eso me hizo este comisario, sino que sigue como encargado de ocultar la verdad y encubrir a los verdaderos autores del crimen de Andrés Trigo, asesinado en Colonia en 1998.

No niego ser delincuente, ni «chorro», ni traficante, ni nada de lo que de mí han dicho. Pero hasta el último suspiro de la vida que me dejen tener voy a negar ser el culpable de esos asesinatos ya mencionados; principalmente hablo del de Andrés Trigo.

Tendría mucho más que decir, pero apenas puedo correr el riesgo de sacar esta carta, en la que quiero decir que actualmente estoy siendo amenazado y obligado a hacerme autor del homicidio de Andrés Trigo.

Como delincuente y como hombre no me caben las amenazas, de presos, de delincuentes de policías, ni de nadie; pero ya dejaron de ser solo amenazas, ya están tan desesperados que ahora empezaron a actuar y a demostrarme su presencia con hechos, los cuales me hicieron notar que no solo estoy en riesgo de morir o tener que defenderme arriesgando agregar más años a mi condena, por tener que lastimar o peor aún tener que matar para defender mi vida dentro del penal de Libertad.

Hasta el momento vengo logrando esquivar esas consecuencias, pero no puedo ni tengo cómo defender a mi familia, la cual nada tiene que ver con mis problemas, la cual igualmente ha sido víctima de las estrategias de policías que trabajan dentro de este centro de reclusión. Como por ejemplo colocaron droga en la caja de alimentos que trae mi familia. Yo no consumo drogas, y nunca jamás pondría en riesgo la libertad de mi familia, siendo ellos los únicos que me ayudan. En mi familia no hay delincuentes y son incapaces de traerme algo prohibido.

Esta vez como advertencia fueron solo 4,5 gramos de marihuana, lo que amerita una sanción de 90 días, como también prohibirles la entrada a verme. Y como amigos o conocidos que vengan a visitarme no tengo, pretenden dejarme totalmente solo haciendo este tipo de cosas.

Hemos denunciado estos hechos en el SERPAJ, el Ministerio del Interior, la Dirección Nacional de Cárceles, y hasta el momento nadie ha hecho nada.

Hice huelga de hambre, me cosí los ojos y la boca, y más allá de intercambios de opiniones todo sigue igual o peor aún.

No quiero decir que el comando superior del Penal o Dirección de cárceles tengan directamente algo que ver con el asesinato de Andrés Trigo, pero sí sé y aseguro: entre policías siempre se están debiendo favores, y por supuesto, se los pagan.

Me están obligando a eliminar mi página de Facebook en la cual digo con nombre, apellido y fotos quiénes son los autores responsables del homicidio de Andrés Trigo.

Quiero dejar claro en la presente a quien directa o indirectamente, de una u otra forma está involucrado en el homicidio de Andrés Trigo o en todo lo que a mí me está pasando, que no me voy a hacer autor de nada (que no hice).

Esto es para que lo sepan fuera de la cárcel, principalmente las personas que se están encargando de mi malestar. Si no puedo ver más a mi familia, no la veré. Envenenarme la comida como dicen, no lo van a hacer, porque no voy a comer la comida que me den la policía o los presos.

La policía no va a poder comprometer a mi familia con drogas, ni nada, porque no van a correr el riesgo ni darles nuevas oportunidades, pero sí existe la posibilidad de que en una requisa digan que encontraron algún objeto prohibido en mi celda.

No voy a borrar nada de mi cuenta de Facebook ni la voy a eliminar, lo que dice ahí es verdad, y si alguien dice lo contrario que se dé a conocer.

No voy a dejar de acusar a esas personas, que fueron ellos los que asesinaron a Andrés Trigo; sé por qué motivo lo mataron y lo voy a seguir diciendo.

Me trajerol al Penal desde el COMCAR porque acá es donde pasan las peores cosas, y todo queda tapado. Dos presos que nada tenían que ver con el caso Trigo fueron asesinados; hablo de Mario Soria, el «Marito», asesinado de 45 puñaladas, y Walter Nicodemo Sequeira, asesinado de 9 puñaladas. Este último en el año 2004 declaró en el juzgado de 9° turno ante Gabriela Merialdo sobre el crimen de Andrés Trigo y lo hizo contra dos investigadores del caso y contra el ex-jefe de reclusion del Penal.

Este último estaba a cargo de la seccional 7° de Colonia; cuando asesinaron a Andrés Trigo fue este señor quien dio la orden de lavar la camioneta de Andrés Trigo sin autorización policial y antes de que llegara la policía técnica. Además Walter Sequeira declaró contra el ex-director nacional de cárceles, Enrique Navas, lo hizo junto a otros presos del Penal, que nada tenían que ver con el caso de Andrés Trigo.

Ni Mario Soria ni Walter Sequeira tomaron en serio la gravedad del caso y tampoco se dieron cuenta de que al declarar contra esta mafia policial habían cavado su propia tumba en el Penal.

De esos tres testigos solo voy quedando yo; ya intentaron matarme apuñalándome, envenenándome, y de cinco balazos que aún tengo en el cuerpo.

Tiempo atrás el señor Walter Trigo habló de la inseguridad que acá yo tenía y sobre cómo me habían trasladado al COMCAR.

Lo hizo el ex-director nacional de cárceles Eduardo Pereira Cuadra. Además tuvo una entrevista personal con Walter Trigo.

Pereira Cuadra aún ocupaba el cargo cuando en el COMCAR incautaron dos armas calibre 38 que iban a ser usadas para matarme porque fue Pereira Cuadra quien pudo evitarlo. Además dispuso que yo debía tener visita y patio aparte con dos escopeteros y un perrero. Mi familia debía entrar con la misma custodia y apartada de los familiares de otros presos.

Hoy en día es todo lo contrario, mi única seguridad soy yo y mi familia no tiene ninguna. Y es más que entendible que las cosas volvieran a ser como tiempo atrás.

Solo esperaron que Pereira Cuadra no estuviera más para volver a intentar ponerle fin a todo esto asesinándome.

Pereira Cuadra no es mi amigo ni nada que se le parezca, como lo dijo el ex-comisario Adolfo Hernández en una página del diario El Eco de Carmelo.

Por todos estos motivos y muchos más hice una huelga de hambre, aunque ya la levanté, para ser atendido por el director del Penal, ex-director del COMCAR, a quien le consta todo lo que estoy diciendo.

Como corresponde envié una solicitud de audiencia hace tres semanas y nunca me contestó, por eso la decisión de ayuno.

Espero que me tomen un acta en la cual voy a decir lo mismo y que como corresponde se la envíen al juez de Colonia.

Dudo de que lo hagan, pero esa es la intención.

Alejandro Ismael Píriz Brun.

C.I. 3.929.094-1.

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