EDITORIAL

En Canelones hay una revolución

La reciente encuesta de Equipos-Mori sobre intención de votos en Canelones, para las elecciones municipales de mayo, muestra la consolidación del progresismo en ese departamento clave.

 

Ayer LA REPUBLICA informó que esa consultora cuenta con los siguientes datos: el Frente Amplio recibe el apoyo del 56% y el arco rosado sólo el 26%.

 

Recordemos que dentro del lenguaje cotidiano de la dirigencia de los partidos tradicionales, se dijo durante décadas que quien ganaba en Canelones llegaba al gobierno nacional, cosa que viene ocurriendo desde 2004 y que se confirmó en las últimas elecciones nacionales.

 

Pero no sólo se confirmó que el Frente Amplio es mayoría en ese departamento sobre los dos partidos tradicionales sumados, sino que a la vez quedó confirmado que el voto clásico canario, que se ubica en los entornos de la vieja Ruta 5, también es de izquierda.

 

Hoy el Frente Amplio es mayoría, supera a los dos partidos tradicionales juntos, en las ciudades de La Paz, Las Piedras, Progreso, Juanicó y Santa Lucía. Este dato no es menor porque muestra que la sociedad clásica canaria ha evolucionado hacia posturas progresistas.

 

Otra cosa sería si el Frente Amplio ganara las elecciones departamentales, donde el voto de la Costa de Oro fuera el decisivo, porque la mayoría del electorado de esa zona está conformado por ciudadanos de origen montevideano o por los hijos de estos en edad de sufragar.

 

Las ciudades alineadas junto a la Ruta 5 (con la excepción de La Paz, una de las ciudades más frenteamplistas de Uruguay), fueron durante décadas patrimonio histórico del Partido Colorado, el cual en esta encuesta sólo llega al 7% de los sufragios.

 

Este nuevo paisaje político está mostrando que Canelones está viviendo una verdadera revolución electoral, con perspectiva de alcanzar a todo ese departamento.

 

Es que en la zona del santoral (Santa Rosa, San Ramón y San Jacinto) el FA ya es primera fuerza, aunque no supera a la alianza del arco rosado.

Zona de pequeños y pocos productores medios, con una cultura aferrada a las tradiciones políticas, no ha impedido que los candidatos del FA hayan podido dar vuelta la tortilla, aunque aún no sea en forma completa, como ha pasado en la Ruta 5.

 

A esta revolución electoral hay que agregarle, como valor trascendente, que ha surgido un nuevo tipo de caudillo que es el doctor Marcos Carámbula, quien ganó por primera vez la intendencia en 2004 y que se apresta a repetir en 2009, desde el momento que cuenta con el apoyo del 52% del electorado.

 

Estamos, entonces, ante un cambio profundo, radical, de nuevo tipo, que conmueve a todo el sistema político nacional y que se produce en un departamento con importantes indicadores (agro, industria y turismo) que presentan un alto nivel de desarrollo capitalista, más si se tiene en cuenta que es un departamento carente de latifundios improductivos.

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