El papel de las enfermeras en el sistema de salud

En un artículo anterior señalábamos la importancia del reciente pasaje de la Escuela de Sanidad dependiente del Ministerio de Salud Pública, a la órbita de la Universidad de la República, y dentro de esta a la Facultad de Medicina. Comentábamos, que entre otras cosas, ello permitiría que la formación de Licenciados de Enfermería, a cargo de esta Facultad, y la formación de Auxiliares hasta ahora a cargo de la Escuela de Sanidad, se realizara en el futuro en forma más coherente, respondiendo a una misma concepción de la Enfermería y a los mismos principios universitarios y del futuro Sistema de Salud.

Al final del artículo expresábamos que la insuficiencia más importante que se registra en materia de recursos humanos, a nivel del Sector Salud, es la escasez de enfermeras profesionales, es decir, de licenciadas en enfermería.

Esta escasez, es una grave insuficiencia para la aplicación del futuro Modelo de Atención.

En el primer nivel de atención, o atención primaria de salud, que se realiza en nuestro país en consultorios, puestos auxiliares y policlínicos, es decir en la atención ambulatoria, se puede decir que se brinda atención médica, pero no atención a la salud, y mucho menos atención de orientación integral.

Nadie puede discutir que en la época actual, en la atención a la salud resulta indispensable el trabajo en equipo.

Son requisitos esenciales para un trabajo en equipo, que cada uno de sus integrantes conozca bien su papel, pero que además conozca y facilite el trabajo de los demás. Esto es cierto para cualquier actividad, desde el fútbol, a una empresa o un servicio de salud. En las carreras de fórmula 1, cuando cada corredor se detiene en sus boxes, hay 22 personas que entre 6 y 10 segundos tienen que cambiar las cuatro ruedas y cargar el auto de combustible. Esto es posible porque cada uno conoce y ejecuta su trabajo con precisión, pero además porque cada uno conoce el papel que cumplen los demás, y no interfiere en su labor. Así es en un equipo de fútbol. Así es en un equipo de salud.

Las Licenciadas en Enfermería están formadas y capacitadas para elaborar diagnósticos de enfermería y planes de atención de enfermería; de la misma forma que el médico, el odontólogo, la nutricionista, el psicólogo y el asistente social, formulan diagnósticos y tratamientos en sus respectivos campos de competencia profesional.

En la medida que cada uno cumple mejor su papel, mejora la calidad de la atención. En ese sentido la historia clínica es un instrumento de coordinación de valor excepcional, a condición de que esas diferentes actividades queden debidamente registradas.

Un trabajo bien hecho, una atención de calidad, es motivo de satisfacción para quien la recibe, y de satisfacción y gratificación para quienes la brindan.

Las Instituciones públicas y privadas, deben reconocer y facilitar el trabajo de las licenciadas de enfermería y de los demás profesionales, utilizar al máximo sus respectivas capacidades, crear las condiciones necesarias para que cada uno pueda desempeñar su labor de la mejor manera posible, o saber afrontar mejor las incapacidades o limitaciones que pueden producirse.

La Enfermería tiene que ver fundamentalmente con la salud. Su papel esencial es fortalecer las resistencias del individuo, y ayudarlo y enseñarle a desempeñar mejor sus funciones vitales, dice Haydée Ballestero Esto resulta válido para todos los niveles de atención; pero resulta aun más claro en el primer nivel de atención. El licenciado desempeña un papel muy importante en promover un mejor nivel de salud y en proteger y fortalecer las resistencias contra los daños que pueden afectar a los individuos, a las familias, a los grupos sociales y a una determinada población.

Médicos y Enfermeros de Familia, constituyen a ese nivel lo que denominamos la Unidad Básica de Atención a la Salud, (UBAS).

Para autoras de reconocida jerarquía como Henderson y Orem, la Enfermería es «la profesión que tiene como objetivo ayudar a satisfacer las necesidades básicas del ser humano a lo largo de su ciclo vital, proporcionándole cuidados y enseñándole el autocuidado, para conservar la salud, recuperarse de la enfermedad o afrontar las consecuencias de la misma».

En esa misma línea de pensamiento, pero tratando además de identificar su campo específico de acción y su orientación, Haydée Ballestero en nuestro medio señala que «La Enfermería es una disciplina científica, encaminada a fortalecer las resistencias del hombre en su triple dimensión bio psico social».

Ese papel que debe cumplir enfermería, se complementa a la vez que interactúa de una manera constante, con el de los demás profesionales integrantes del equipo de atención a la salud: médicos, odontólogos, nutricionistas, asistentes sociales, psicológos y tecnólogos.

El auxiliar de enfermería, tal como lo indica su nombre, está formado para actuar supervisado por el licenciado de enfermería. Si no hay licenciado, el auxiliar se limita a cumplir las indicaciones médicas, cosa que puede hacer muy bien; pero en ese caso no hay verdaderamente atención de enfermería, y por tanto no puede hablarse de atención integral.

Por esas razones, la formación de licenciados y de auxiliares de enfermería, resulta un aspecto de fundamental importancia para la implementación de un Nuevo Modelo de Atención Integral a la Salud, y requiere la mayor atención en el proceso de organización del Sistema Nacional de Salud.

La nueva Ley crea condiciones favorables para que dentro de la Universidad de la República, la Facultad de Enfermería asuma un papel fundamental en el sentido de establecer normas básicas a nivel nacional para la formación de licenciados y de auxiliares, supervisar su cumplimiento, realizar auditorías y evaluar los desempeños.

Resulta indispensable que esas normas sean concordantes con los principios universitarios, así como con principios fundamentales y con las políticas y los planes a desarrollar, por parte del futuro Sistema de Salud.

Por eso resulta tan importante el pasaje de la Escuela de Sanidad del Ministerio, a la Universidad de la República, y dentro de esta a la órbita de la Facultad de Enfermería.

Cabe felicitar a las autoridades del Instituto Nacional y actual Facultad de Enfermería, a todo el colectivo de esa profesión y a los estudiantes, que desde hace varios años han trabajado por alcanzar esta verdadera conquista, que significará sin duda un gran avance para la enfermería nacional y para los servicios de atención a la salud en su conjunto. Y también felicitar a la Universidad de la República, los parlamentarios y al Poder Ejecutivo, que han sabido dar respuesta a esa necesidad. *

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