Una precisión histórica sobre Peirano Facio

En las notas dedicadas al fallecimiento de Jorge Peirano Facio se dice que éste fue ministro de Industria y Comercio del gobierno de Jorge Pacheco Areco entre 1968 y 1969, y que posteriormente se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores, hasta 1971. No es así, o por lo menos merece una precisión en aras de la verdad histórica.

El doctor Peirano Facio fue desalojado del ministerio de Industria por la censura de la Asamblea General, producida por el voto de más de los dos tercios de la totalidad de los componentes del Cuerpo. Se vio obligado a abandonar el cargo. El presidente Pacheco Areco no lo pudo retener. Pero ejecutó una maniobra: en una actitud de claro desafío a la voluntad expresada por la mayoría calificada de más de 87 de los 130 integrantes del Poder Legislativo, lo hizo reingresar al Gabinete por la ventana y lo nombró para otro cargo, a saber, como titular de la Cancillería.

Era una violación flagrante del espíritu y la letra del artículo 148 de la Constitución, que norma las relaciones entre los dos poderes del Estado. El mismo establece que si la Asamblea General censura a un ministro por la mayoría absoluta del total de sus componentes, éste debe renunciar. El Poder Ejecutivo puede observar el voto de desaprobación si es pronunciado por menos de los dos tercios del total de componentes del Cuerpo. En tal caso se abre paso a un mecanismo que puede dar lugar a la disolución de las Cámaras y llamado a nuevas elecciones. Pero si el voto de censura supera los dos tercios del total de integrantes, el presidente debe acatar sin más el pronunciamiento del Legislativo, y el ministro cae. Ese fue el caso.

¿Cómo fue posible lograr una tan alta votación contra un miembro conspicuo del Gabinete del Partido Colorado? Porque se sumó a todos los sectores de oposición una parte del propio Partido Colorado. ¿Y cuál fue? La lista 15.¿Y quién fundamentó el voto de la 15 por la defenestración de Peirano Facio? El diputado Jorge Batlle, a pesar de que era acérrimo defensor del gobierno de Pacheco. Lo estamos viendo, en medio de la bancada colorada, explicando el voto de su sector con el argumento de que así se evitaba un posible ulterior llamado a elecciones. En ese altar se sacrificó al ministro, cuya gestión fue duramente criticada en el debate legislativo. Pero ya se estaba gestando la maniobra de recambio.

La nota necrológica dedicada por el diario El País al ciudadano desaparecido se inicia con una frase reveladora. Dice así: «Jorge Peirano Facio formó parte del gabinete empresarial formado por el ex presidente fallecido Jorge Pacheco Areco». En efecto, el Ministerio constituido por quien asumió la primera magistratura a la muerte del presidente Oscar Gestido era una versión quintaesenciada de la oligarquía dominante en el país, particularmente del sector banquero. Allí se sentaban César Charlone, exhumado autor del revalúo en la dictadura de Terra y que volvía a ocupar la cartera de Hacienda, con Francisco Forteza (h.) como subsecretario cuando se produjo la famosa devaluación de la infidencia. Estuvo en cierto período en el Ministerio de Ganadería Carlos Frick Davie, vinculado estrechamente a la banca y al gran latifundio. Y el propio Jorge Peirano Facio, gran banquero ya en aquella época a través del Banco Comercial y el Banco Mercantil (asociado a los intereses del grupo Rockefeller), y que lo siguió siendo durante los 35 años siguientes, hasta ser procesado y recluido en Cárcel Central desde noviembre pasado hasta su fallecimiento.

Ese gobierno de banqueros y negociantes, como se le denominó, se inició a fines de 1967 con la clausura de una serie de diarios y periódicos. Prosiguió con la congelación salarial del 13 de junio de 1968 y la aplicación a troche y moche de las medidas prontas de seguridad y las clausuras sistemáticas de la prensa opositora. Mereció la siguiente caracterización: «El gobierno de Pacheco Areco, brutalmente entreguista, antidemocrático y antipopular, servidor de la oligarquía y del imperialismo yanqui (…) derramó sangre juvenil en las calles (Líber Arce, Hugo de los Santos, Susana Pintos), transformó en papeles manoseados la Constitución y las leyes democráticas, agredió la Universidad, intervino y clausuró la enseñanza media, y –peculiar Calígula– instauró sus burros como ‘cónsules’ interventores. Llenó los cuarteles, cárceles y centros de confinamiento con miles de presos y militarizó y sometió a toda suerte de vejámenes a 70.000 trabajadores de los entes estatales y de la banca, erigió en objetos de policía a los obreros, estudiantes, profesores y maestros.

Usó las medidas de seguridad como norma constitucional única y sometió todas las libertades y derechos a dictados discrecionales de oficinas policíacas». (Rodney Arismendi, Informe al XX Congreso del PCU, diciembre 1970).

Todo lo cual no ha obstado para que un ex presidente que aspira a volver a serlo, en un acto de campaña electoral adelantada (tan carente de ideas como de público) presentara como paradigma de la democracia a Pacheco Areco, a quien sirviera en su gabinete, el mismo que por razones de decencia habían abandonado Alba Roballo y Luis Hierro Gambardella. Era el período en que, precisamente para enfrentar los desbordes del pachecato, se afianzó el proceso de unión entre todas las fuerzas democráticas y de izquierda que habría de plasmar el 5 de febrero de 1971 en la creación del Frente Amplio. *

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje