Faltó Sanguinetti

Los tres «tenores» socialdemócratas cantan loas al futuro de América Latina

«Estamos de acuerdo, somos compañeros en la misma ópera, como los tres tenores», dijo ante periodistas Cardoso, presidente de Brasil entre 1995 y 2003, en alusión a los conciertos que protagonizaron en varias capitales los afamados tenores españoles Plácido Domingo y José Carreras con el ya fallecido italiano Luciano Pavarotti.

De la crisis que sacudió al mundo desde el estallido en Estados Unidos de la burbuja financiera en 2008, «por primera vez podemos decir que, en este caso, en América Latina somos inocentes», afirmó a su lado Lagos, quien gobernó Chile entre 2000 y 2006.

«Eso significa que la región alcanza un nivel de desarrollo al que no estábamos acostumbrados, que es capaz de derrotar la pobreza, pues la bajó de 44 a 34 por ciento entre 2000 y 2010, y surgen sectores medios, con nuevas demandas», sostuvo Lagos.

González, presidente del gobierno español entre 1982 y 1996, recordó que hacia 1989 «el eje noratlántico de Estados Unidos y Europa, más Japón, representaban 70 por ciento de producto bruto mundial y marcaban la pauta de la economía mundial».

«Recordemos que para entonces Japón parecía imparable, ya iba a comprar el Rockefeller Center (en Nueva York) y la mitad de Australia. Desde entonces, se ha detenido y solo el último año creció un poco con la reconstrucción que siguió al terremoto y tsunami» de marzo de 2011, expuso González.

Ahora, por contraste, «75 por ciento del crecimiento económico mundial se reparte entre 15 países emergentes, y no hay ninguna posibilidad de que lo haga ese eje noratlántico más Japón. Se acabó el abuso de los países industrializados que imponían los precios de compra de las materias primas y de venta de manufacturas», según el líder español.

Un nuevo tiempo

«Europa, como Japón y Estados Unidos, pierde relevancia. Un dato: 550.000 millones de dólares de deuda europea, y 1,3 billones (millones de millones) de deuda estadounidense, están en manos de China. Ahora es la época de Asia y de América Latina, una región que se ha vuelto extraordinariamente atractiva», abundó González.

Cardoso, González y Lagos estuvieron en Caracas entre el viernes 9 y el domingo 11, para dictar una conferencia conjunta bajo la guía de «Una economía con rostro humano», organizada por la entidad financiera privada Banesco, en un foro con el título de «Palabras para Venezuela».

Los exmandatarios y dirigentes de la socialdemocracia mundial expusieron guías y recomendaciones para que América Latina se beneficie de esta coyuntura.

«Hemos tenido un aumento importante en el ingreso por habitante, pero ahora tenemos que mejorar la distribución del ingreso. Si queremos distribuir tenemos que crecer, y si queremos seguir creciendo tenemos que distribuir», sostuvo Lagos.

El líder chileno presentó un listado de desafíos que debe encarar América Latina para abocarse a un crecimiento económico emparejado con mejor distribución del ingreso, el primero de los cuales se refiere a la democracia.

«La democracia no es que llega un día y ya está, perfecta. No. Hay que cuidarla, regarla como a una planta, profundizarla. Además tenemos el desafío de la democracia del futuro pues las nuevas tecnologías implican inmediatez entre el emisor de la opinión y la respuesta que recibe», dijo Lagos.

«Quizá vamos a volver a la plaza de Atenas en el tiempo de Pericles (el político, estratega y orador que determinó el siglo V antes de Cristo), democracia más directa e inmediata y no como la que hemos tenido, representativa», añadió.

Los «tenores» eludieron tratar cuestiones puntuales electorales de Venezuela, ya inmersa en una campaña presidencial. Pero González apuntó que «la esencia de la democracia es la aceptabilidad de la derrota. Uno tiene la expectativa de que algún día, en razonable igualdad de oportunidades, la derrota se convertirá en victoria», y al revés.

Las «viejas» referencias

Los latinoamericanos «debemos entender que vamos a vivir en un mundo global, no de derecha o izquierda. Si la sociedad se hace a imagen y semejanza del mercado se reproducirán sus desigualdades. Pero tampoco tiene que ver con el mundo de hoy creer que ser de izquierdas es volver a utopías del pasado», agregó Lagos.

Cardoso dijo que «debemos tener una mirada local y al mismo tiempo una mirada global. Sostener intereses de clase no significa no mirar los intereses de toda la humanidad, los valores, los derechos humanos, la cuestión ambiental».

El exmandatario brasileño rechazó, ante una pregunta, que puedan ser compatibles el militarismo y el socialismo en América Latina: «No hay quien pueda pensar en el militarismo como una herramienta de liberación. Eso es algo del pasado».

«Lo que la gente aspira es inclusión, regulación o contrapeso al mercado, no aceptará un socialismo que no contenga libertad ni al militarismo como imposición de una categoría sobre las demás que componen una sociedad», postuló Cardoso.

Un desafío «fácil de decir, pero difícil de hacer, es pasar de una sociedad de derechos a una de garantías, es decir, del papel a la realidad práctica», dijo Lagos.

Otros retos son mantener los niveles de crecimiento y focalizar el gasto para que no se rezaguen regiones o sectores, rehusarse a emplear ingresos fiscales provenientes de recursos naturales agotables para financiar gastos corrientes, y «ser capaces de relacionarnos con los nuevos centros de poder mundial».

Brasil, ya convertido en potencia, «debe ser humilde. Podremos ejercer influencia, pero nunca imponer. La imposición no sirve, ni adentro ni afuera», dijo Cardoso.

Y «así como en nuestras naciones debe haber consenso sobre cuestiones básicas, en el mundo de los grandes bloques o hablamos con una sola voz o no vamos a ser escuchados», concluyó Lagos. IPS

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