¿mar uruguayo en riesgo?

Petrolera Chevron buscará explotar hidrocarburos en Uruguay

Una vez más, petroleras tratan de hacerse con recursos petroleros que están debajo del mar uruguayo, con todos los riesgos ambientales que este tipo de exploraciones conllevan.

Foto ilustrativa: UNSplash / NOAA
Foto ilustrativa: UNSplash / NOAA

En una movida que marca el retorno de Chevron al bloque 1 en el mar uruguayo, la compañía estadounidense adquirió parte de los derechos de Challenger Energy Group, una empresa británica. Este bloque, con una extensión de 14.500 kilómetros cuadrados y ubicado a unos 100 kilómetros de la costa uruguaya, fue otorgado en 2020.

La transacción, que implica una inversión cercana a los US$50 millones, otorga a Chevron una participación operativa del 60% en el bloque OFF-1 de Uruguay. La petrolera británica Challenger Energy conservará un 40% no operativo en la superficie después de la asociación.

Este retorno de Chevron al bloque, tras 50 años, no está exento de cuestionamientos, especialmente en lo que respecta a los riesgos ambientales asociados con la extracción petrolera en el mar. La preocupación por la preservación del entorno marino y sus ecosistemas delicados debería ser prioritaria en cualquier proyecto de esta envergadura, y no necesariamente ha sido una prioridad para las empresas de petróleo.

La búsqueda de hidrocarburos en Uruguay se justifica, según algunos, por la creencia de que el mundo seguirá dependiendo de ellos durante varias décadas. Además, se señalan similitudes geológicas entre Uruguay y Namibia, donde recientemente se realizaron importantes descubrimientos de petróleo y gas.

Sin embargo, este renovado interés en la extracción petrolera en el mar uruguayo no puede ignorar los riesgos medioambientales que conlleva. La historia ha demostrado que las operaciones petroleras en aguas profundas pueden resultar en desastres ecológicos de proporciones catastróficas, como el derrame de Deepwater Horizon en el Golfo de México en 2010.

La inversión de Chevron incluirá la cobertura de los costos asociados con trabajos de sísmica 3D en el bloque, así como la asunción de la mitad de los costos de Challenger para un pozo de exploración inicial, con un límite de US$20 millones. Aunque estas inversiones son significativas, es fundamental sopesarlas con los posibles impactos negativos en el medio ambiente marino y en la biodiversidad local.

La identificación de tres prospectos principales con recursos recuperables estimados de dos mil millones de barriles de petróleo equivalente por Challenger intensifica la preocupación sobre la magnitud de la operación y sus posibles consecuencias ambientales.

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