Los científicos están 99.9999% seguros de que los humanos causan el cambio climático
Afuera, la narrativa es falsa y asegura que la comunidad científica internacional no ha llegado a u consenso sobre el cambio climático. La verdad es que adentro prácticamente todos están en la misma página.
Un nuevo análisis de datos satelitales de 40 años, publicados en la revista Nature, muestra que es casi seguro que la humanidad está causando activamente el cambio climático.
Los negadores del calentamiento global a menudo afirman, ante la abrumadora evidencia, que el planeta se está calentando y que los desastres naturales se están volviendo más intensos y comunes solo porque así es, insistiendo incorrectamente en que la relación amorosa de la humanidad con los combustibles fósiles no tiene nada que ver con eso. Ahora, los científicos dicen que las probabilidades de que eso sea cierto son solo una en un millón.
Según la investigación realizada por científicos en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California, eso se debe a que los datos climáticos ahora han alcanzado el llamado «estándar de oro» de la evidencia científica: solo hay una posibilidad en un millón de que el cambio climático en curso pueda haber sido causado por cualquier cosa aparte de la humanidad, informa Reuters.
«La narrativa de que los científicos no saben la causa del cambio climático está mal», dijo Benjamin Santer, el científico que dirigió la investigación . «Somos los culpables», aseveró con seguridad.
No hay duda
El proceso de investigación científica casi nunca erradica la incertidumbre: los investigadores prueban sus hipótesis para comprender mejor el mundo, pero casi siempre hay algún otro factor que podría haber afectado sus hallazgos. En otras palabras, un patrón oro no es algo que se tome a la ligera.
El nuevo análisis examinó los tres conjuntos de datos satelitales más grandes utilizados por los científicos del clima. Muestra que dos de esos conjuntos de datos alcanzaron el estándar de oro de certeza de que la humanidad causa el cambio climático en 2005, y el tercero lo hizo en 2016.
Ese nivel de certeza casi absoluta es rara vez logrado en una investigación y, cuando sucede, es fácilmente validado por la comunidad científica ya que los procesos para lograrla han sido rigurosos y exhaustivos.
Ahora, lo que queda es que la humanidad deje de darse el lujo de ignorar la evidencia que es sumamente clara y concluyente.
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