CAMBIO A LA FUERZA

Los humanos somos tan molestos que los animales se están volviendo nocturnos

Es oficial: especies animales de todo el mundo se están volviendo nocturnas para escapar de la molestia de la vida diurna de los humanos.

Ciervos de cola blanca se aventuran a tener actividad nocturna. Foto: George Shiras
Ciervos de cola blanca se aventuran a tener actividad nocturna. Foto: George Shiras

Las especies que son normalmente diurnas están cambiando sus hábitos de vida para escapar de la molestia de los humanos. Después de observar 62 especies de mamíferos en seis continentes, un estudio recientemente publicado en la revista Science encontró que el 83% de estas especies están haciendo cada vez más sus actividades en la oscuridad para evitar lidiar con humanos y todas nuestras armas de fuego, automóviles, fábricas, ruidoy otras formas de acoso.

«La actividad humana está haciendo que el mundo natural sea cada vez más nocturno», dijo la autora principal Kaitlyn Gaynor, especialistas de la Universidad de California en Berkeley.

¿Ciervos, cerdos salvajes, coyotes, y otras especies, todas ellos están aumentando su nocturnidad en un esfuerzo por evitar pasar tiempo con nosotros. Incluso los tigres -unos de los depredadores más temibles del planeta- se están convirtiendo en noctámbulos para evitar al Homo sapiens.

Y no es de extrañar; los humamos podemos ser vecinos realmente insoportables, molestos y egoístas.

Un lince fotografiado de noche
Un lince fotografiado de noche

Nos gusta el ruido y la violencia

El fuerte sonido de nuestros automóviles y aviones distraen a las mangostas enanas sudafricanas y no las dejan escuchar los ruidos que hacen los depredadores que se acechan. El funcionamiento 24/7 de las operaciones de petróleo y gas aleja a los saltamontes, grillos y hormigas y hace que los pájaros azules tengan menos polluelos y más problemas para alimentarse.

Y ni siquiera debajo del bajo el agua se puede tener un poco de paz y tranquilidad. Nuestros generadores, hélices, motores y sonares militares zumban tan incesantemente que hacen que los delfines pierdan la compostura cuando se sumergen y hacen que los narvales tengan problemas de temperamento. Este alboroto acuático puede incluso opacar los suaves susurros compartidos entre los bebés de ballena jorobada y sus madres.

En Colorado, EE.UU., el gobierno está gastando US$4.5 milloneseste año para matar osos negros y leones de montaña en un intento de aumentar el número de ciervos, porque los cazadores aman disparar contra los ciervos. Y en 2017, el Departamento de Agricultura de EE.UU. Mató a 23.646 castores, uno cada 22 minutos, porque los castores modifican el medio ambiente de maneras que nos resultan inconvenientes: cortan grandes cantidades de árboles -que preferiríamos comerciar- y construyen presas en ríos que no nos sirven de nada.

Cada vez más especies tienen que descubrir cómo sobrevivir en un espacio compartido con los seres humanos, incluso si eso significa cambiar conductas que han evolucionado durante miles de años. Según el nuevo estudio, «en los lugares donde los animales silvestres coexisten con los humanos, los animales suelen minimizar riesgos para su integridad minimizando el tiempo compartido (con humanos) en vez de minimizar el espacio compartido».

Otro caso alarmante es el de los antílopes sable de Zimbabwe. En condiciones normales, estos herbívoros se aventuran a los pozos de agua durante el día porque leones, hienas y otros depredadores merodean por la noche. Pero un estudio de 2012 descubrió que cuando hay mucha presencia de cazadores y turistas durante el día, de repente comienzan a arriesgarse a beber agua de noche a pesar de los riesgos para su vida que eso representa.

 

 

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