Hábitat III: retos y perspectivas para hacer ciudades más sostenibles

La conferencia sobre urbanización sostenible, Hábitat III, acaba de culminar en la capital ecuatoriana. Algunos datos extraídos de las conclusiones y compromisos de todos los países participantes son vitales para marcar la pauta a seguir.

La Nueva Agenda Urbana es un documento que consta de 175 páginas aprobado en consenso por todos los Estados miembros de las Naciones Unidas. En él se explica cómo deberán evolucionar los entornos urbanos para ser más amigables con el medio ambiente y los humanos, y cómo prepararse para las amenazas naturales. También aborda temas como la inclusión de todas las personas por igual y el aprovechamiento del espacio.

Puede parecer un documento más que se suma a la larga lista de reuniones internacionales sobre cambio climático y sostenibilidad, pero, si se implementa de forma adecuada en todos los países, podría tener resultados bastante positivos.

El precedente no es muy alentador: el acuerdo previo a este, la Declaración de Estambul sobre los Asentamientos Humanos, data de 1996 y no logró prácticamente ninguno de los objetivos planteados. Más del 75% de las ciudades son más desiguales y excluyentes que hace dos décadas cuando se planteó el documento en Turquía.

Aprovechamiento del espacio

Las ciudades generan más del 70% de los gases de efecto invernadero a pesar de que solamente ocupan el 2% de la superficie de la Tierra. A diferencia de núcleos urbanos en donde el clima sea extremo -como Nueva Delhi, India, con sus 50°C en verano o Yakutsk, Rusia, con sus -40°C en invierno- y la mayoría de la energía se usa para calefacción o enfriamiento, la mayoría de ciudades destinan hasta un 70% de sus recursos energéticos en transporte. Reducir el uso de transporte con hidrocarburos es uno de los mayores retos que plantea Hábitat III.

En concordancia con el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, COP21, la nueva agenda también enfoca muchos de sus puntos a reducir el calentamiento global.

En el acuerdo de Estambul de hace 20 años, los temas medioambientales eran prácticamente nulos, lo que dejó en evidencia una falta de visión por parte de los Estados miembros y de la redacción del texto.

Ciudades inclusivas y saludables

La nueva agenda pretende que en las ciudades se garantice el acceso total y libre a cualquier persona, indiferentemente de sus limitaciones físicas. En el mismo sentido, también brinda herramientas y direccionamientos para que los migrantes y refugiados puedan integrarse en nuevas ciudades, si tienen que salir de las suyas.

Por otro lado, se busca que las ciudades tengan mayor superficie de espacios verdes. Según la OMS, la contaminación ambiental genera 1.300.000 muertes al año y más de la mitad de esos fallecimientos ocurren en los países en desarrollo. La contaminación del aire representa un grave problema de higiene del medio que afecta a los habitantes de los países en desarrollo y desarrollados.

Otro de los retos a superar es la reducción de la circulación vehicular, mejorando los medios de transporte público ecoamigables. Entre menos vehículos circulen, menos calles y carreteras se requerirán, y estas podrían convertirse en plazas, parques y áreas verdes para mejorar la salud de los habitantes.

El documento completo de 175 páginas está disponible en este enlace.