CONTAMINACIÓN LUMÍNICA

Un tercio de la población mundial no puede ver la Vía Láctea a causa de la contaminación lumínica

Un nuevo atlas de contaminación lumínica revela que un tercio de la población no puede ver la Vía Láctea debido a la contaminación lumínica producida por las luces artificiales.

Un tercio de la población mundial no puede ver la Vía Láctea a causa de la contaminación lumínica. Foto: Pixabay
Un tercio de la población mundial no puede ver la Vía Láctea a causa de la contaminación lumínica. Foto: Pixabay

Científicos de Italia, Alemania, Estados Unidos e Israel elaboraron un nuevo atlas de contaminación lumínica que arroja cifras alarmantes. El trabajo fue publicado por la revista Science Advances y señala que un tercio de la población mundial no puede ver la Vía Láctea a causa de las luces artificiales. Entre ellos el 80% de los norteamericanos y el 60% de los europeos.

La contaminación lumínica es una de las formas más generalizadas de alteración ambiental creando una niebla luminosa que oculta las estrellas y constelaciones del cielo nocturno.

Según la información de este nuevo atlas el 83% de la población mundial vive bajo cielos con una alta contaminación lumínica.

Los que disfrutan de cielos más limpios son Groenlandia, República Centroafricana, la isla del Pacífico Niue, Somalia y Mauritania.

Mientras que los que están en peor situación con al menos la mitad de su población expusta cielos extremadamente brillantes están: Singapur, Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Corea del Sur, Israel, Argentina, Libia y Trinidad y Tobago.

En Europa Occidental, solamente pequeñas áreas dejan ver el cielo sin problemas, principalmente en Escocia, Suecia y Noruega, y también se registran niveles bajos de contaminación lumínica en partes de Austria, en Córcega y en la provincia española de Cuenca. En España en su conjunto un 41,5% de la población vive bajo cielos tan contaminados que no pueden ver la Vía Láctea, mientras que en Portugal es el 35,4.

En el caso de Estados Unidos solo se pude ver el cielo oscuro en algunos parques nacionales como Yellowstone y el desierto del suroeste, el resto está todo contaminado, asegura el coautor del atlas, Dan Duriscoe, del Servicio Nacional de Parques.

En América Latina Argentina aparece con un 57,7 % de la población vive bajo cielos extremadamente brillantes, Chile con un 39,7 %, Uruguay con un 34,7 %, Paraguay 33,7%, en Venezuela 32,3%, y Brasil; 25,5 %.

Por debajo del 20 por ciento de la población afectada figuran Colombia (18,7 % Ecuador (17,7%), Panamá (17,2%), Perú (16,4%) y Bolivia (12%).

Tomar conciencia

Chris Elvidge, del Centro Nacional para la Información Ambiental de Boulder (Colorado), uno de los científicos que trabajó en la elaboración del atlas explicó que «Hay generaciones enteras de personas en los Estados Unidos que nunca han visto la Vía Láctea».

La Vía Láctea es «un brillante río de estrellas que ha dominado el cielo nocturno y la imaginación humana desde tiempos inmemoriales» y los científicos esperan que el atlas «logré abrir los ojos de la gente» al problema de la contaminación lumínica.

Para elaborar el atlas, el equipo liderado por Fabio Falchi, del Instituto de Tecnología y de Ciencias de la Contaminación Lumínica de Italia, utilizó datos de satélite de alta resolución y mediciones muy precisas del brillo del cielo.

Los científicos alertan que además de impedir la visión clara del cielo nocturno, las luces artificiales pueden confundir a insectos, pájaros o tortugas marinas, a veces con consecuencias fatales.

Por eso, hay que aplicar las medidas existentes para controlar esa contaminación lumínica, es decir, el blindaje de luces para limitar su brillo, la reducción de la potencia a la cantidad mínima necesaria o, simplemente, apagar las luces.

«El nuevo atlas proporciona una documentación esencial sobre el estado medioambiental de la noche cuando estamos en el punto álgido de la transición hacia la tecnología LED», resaltó Falchi.

Y aseguró que «a menos que se tome interés en los niveles de color e iluminación de los LED, esta transición podría llevarnos a un aumento por dos o por tres del brillo de los cielos en las noches claras».

Para concienciar del problema, los autores del estudio han habilitado una versión interactiva de los mapas -//cires.colorado.edu/artificial-sky- en la que se puede consultar la situación al detalle de cualquier lugar.

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