ETOLOGÍA

Las hembras de los delfines organizan “guarderías” para criar y proteger de manera conjunta a sus crías

Científicos de la Universidad Murdoch, en Perth, Australia, han descubierto que las hembras del delfín actúan organizando “guarderías”, donde no solamente pueden proteger a sus crías entre todas, sino que las crían de manera conjunta, en la primera demostración de ciclos temporales en los vínculos sociales de fauna marina.

Una manada de delfines giradores (o acróbatas de hocico largo) nadan en mar abierto. Foto: Wikimedia Commons.
Una manada de delfines giradores (o acróbatas de hocico largo) nadan en mar abierto. Suelen vivir en grandes grupos con prácticas sociales muy complejas. Foto: Wikimedia Commons.

El trabajo que aparece publicado en Animal Conservation, revelan que las hembras de los delfines, no solamente pueden proteger a sus crías de los predadores más eficientemente, sino que lo hacen también para evitar interferencias no deseadas de los machos de la especie.

La investigación mostró grupos de hasta 30 hembras  que criaron en forma conjunta a los pequeños, durante el verano austral en la zona de Bunbury (Australia), permitiendo documentar por primera vez ciclos temporales, en los vínculos sociales de las hembras, algo inédito hasta ahora en el mundo marino.

Los problemas que genera la intervención humana

“Ahora podemos confirmar que tanto la distribución, sociabilidad y partos son predecibles en tiempo y espacio dentro del mundo de los delfines” explica la investigadora Holly Raudino, autora principal del estudio que desarrolló a nivel de la Unidad de Investigación de Cetáceos de la Universidad Murdoch, en la ciudad australiana de Perth. “Las hembras forman grupos, al igual que hacemos los humanos en nuestras guarderías, con otras hembras adultas y sus crías, donde descansan y cuidan juntas a sus pequeños”, añadió  la especialista.

Durante el trabajo de campo, los investigadores encontraron también que cuando las hembras forman sus particulares guarderías, es durante el verano en que hay mucho tráfico de embarcaciones deportivas y de recreo, las que ponen en serio peligro a hembras y a sus crías en tanto los animales pueden resultar golpeados, afectados por el  excesivo ruido, enredados en sedales de pesca o lastimados por hélices. El equipo de científicos ha pedido a las autoridades actuar para mejoras en la señalización y limitar la velocidad de los barcos en las áreas de procreación y cría.

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