EXTINCIÓN

La mitad de la fauna salvaje de la Tierra desapareció en los últimos 40 años

Uno de los mayores informes sobre el impacto de la actividad humana en la Tierra The Living Planet Report, afinó sus conclusiones de 2012, con un escenario aún peor del descrito en ese momento.

En Ghana, en 40 años se perdieron el 90% de los leones

El estudio publicado en //wwf.panda.org/, afirma básicamente que se necesitaría al menos «un planeta y medio» para atender las demandas que estamos ejerciendo sobre la Tierra, y que en ese marco «la biodiversidad mundial está sufriendo un más rápido retroceso», con más de la mitad de los especímenes animales perdidos en solamente cuarenta años.

Las más afectadas son las poblaciones de mamíferos, reptiles, anfibios, aves y peces, que han retrocedido hasta un 52%, en una paramétrica donde las especies ictícolas de agua dulce son las que han tenido peor suerte: se ha perdido al menos el 75% del volumen vivo total.

La fauna desaparece de modo diferente según el punto del planeta que se trate y en algunas áreas la situación se ha llevado al extremo. En Ghana, en 40 años se perdieron el 90% de los leones y en Nepal, de 100.000 tigres que había al comienzo de la Primera Guerra Mundial, quedan hoy menos de 3.000.

El informe apunta al «consumo humano insostenible»

El estudio destaca la presencia humana como el factor determinante de la desaparición de las especies, y minimiza el efecto de los cambios climáticos, a los que considera mucho menos preocupantes que la caza clandestina, la expansión de la agricultura con su consecuente pérdida de hábitats naturales y la contaminación directa generada por acciones industriales y mineras, en áreas específicas.

El estudio reconoce no obstante que algunas especies -como los pingüinos emperador- sí están afectadas seriamente por el cambio climático y hasta dos tercios de los ejemplares totales morirían en la Antártida en el transcurso de este siglo, consecuencia de la pérdida de sus hábitats helados y sus áreas de pesca.

La tala de los árboles por ejemplo, se está efectuando a una velocidad mucho mayor que los que se vuelven a plantar, e incluso no quedan después de las talas áreas suficientes para la reposición, lo que conduce a una superficie verde cada vez más pequeña. La emisión de carbono, generado por el hombre, es mucho mayor ya que la cantidad que bosques y océanos son capaces de absorber.

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