ECOLOGÍA

El primer pueblo norteamericano que desaparece a causa del cambio climático

Kivalina, un pueblo mayoritariamente de esquimales, pero con todas las características del mundo moderno, era hasta hace apenas horas un verdadero desconocido del pueblo norteamericano: sin embargo sus 400 habitantes han pasado a un papel protagónico al conocerse que se trata del primer pueblo que desaparecerá bajos las aguas del Mar de Bering, en unos diez años, como consecuencia de los efectos del cambio climático.

Kivalina / noenergytommorrow.org

Kivalina, que apenas sí figura en los más detallados mapas de Alaska y es desconocido para las cartas geográficas de Estados Unidos, tiene no obstante uno de los niveles de vida más altos del país y una condición envidiable: sus pobladores autóctonos de la región mantienen buena parte de sus costumbres ancestrales, pero también disfrutan del confort y las ventajas del mundo moderno en su recóndito territorio helado.

Sin embargo Kivalina, asentada en una pequeña península sobre las arenas de las playas del mar de Bering ha sido condenada por los científicos para desaparecer antes de 2020: sus habitantes podrían entrar en la historia como los primeros refugiados estadounidenses del cambio climático, según publica la cadena BBC.

Otros once pueblos en Alaska en peligro de alta escala

El cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense, construyó un muro defensivo a lo largo de las playas en 2008: hace poco un temporal arrasó las defensas y el pueblo debió ser evacuado de emergencia. Los ingenieros están seguros que para 2025 la península será inhabitable.

El problema es que el pueblo no es el único con ese destino: al menos otros tres asentamientos esquimales de menor tamaño están en el mismo peligro inminente en tanto ocho de más envergadura también corren riesgo en el futuro inmediato.

Además del problema social que implica, los televidentes norteamericanos están preocupados también por sus bolsillos: el Estado calcula que el traslado de cada pueblo en peligro costará al menos US$500 millones, en tanto los habitantes exigen por su derecho a tener carreteras, casas y escuela como hasta ahora.

“El gobierno de Estados Unidos nos ha impuesto este estilo de vida occidental, nos ha dado sus cargas y ahora espera que recojamos nuestras cosas y nos mudemos. ¿Qué clase de gobierno hace eso?” se pregunta Collen Swan, líder del consejo de Kivalina.

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