EL ARGENTINO RATIFICO SU ALEJAMIENTO DEL CICLISMO CON TRES VUELTAS EN SU HABER

El otro Javier Gómez

Con sus 34 años a cuestas, 22 compitiendo en ciclismo, Javier Gómez se convirtió desde hace varios a esta parte en una de las grandes figuras del ciclismo nacional.

El argentino volvió a demostrar las condiciones que adorna al llevarse la sexagésima edición de la Vuelta Ciclista del Uruguay, tercera que obtiene y que lo catapultan a formar parte de la más rica historia del deporte del pedal de nuestro país.

Pero este es el final de una historia que comenzó de muy pequeño en San Miguel del Monte (Argentina) y tuvo su final el pasado domingo en nuestro país, donde el popular «Gallego» anunció que se retira del ciclismo.

Ayer y luego de pasar la euforia del triunfo, Gómez nos contó de sus inicios en el ciclismo: «Aprendí a andar en bicicleta a los tres años y desde entonces nunca más me bajé. En aquel entonces la usaba para todo, para jugar, hacer los mandados, ir a algún terreno baldío a jugar al fútbol, etc. Y esto se daba porque a diferencia de ahora no existían los videojuegos, las computadoras, solo había pelota …».

Sin embargo y extrañamente no le gustaba demasiado el ciclismo y lo incorporó casi sin pensarlo: «Comencé en el ciclismo por exigencia de mi padre. El es español y vivió la peor época de aquel país, donde la bicicleta era el medio de transporte más usado y el que más le gustaba. El nunca pudo competir en este deporte pero lentamente me fue transmitiendo su pasión por el ciclismo. Al principio yo no quería saber nada, pero con el tiempo me empezó a gustar a tal punto que me dediqué a esto».

Su debut oficial en el deporte de las dos ruedas fue a los once años, y » no fue por gusto sino más bien por obligación».

Pero la pasión por la chiva fue dos años más tarde «creo que a esa edad empecé a tomar cariño a la bicicleta y me fui compenetrando más en el deporte».

La primera bicicleta de competición la obtuvo a los once años por intermedio de sus padres. «Ellos me brindaron apoyo total, en todos los aspectos de mi vida, haciendo todo lo posible para que nunca me faltara nada. Todo lo relativo a los gastos y costos que ocasionaba el competir fue pagado por ellos hasta los 16 años.

A partir de allí los premios por ganar eran mejores, por lo que los repuestos y refacciones de la bicicleta comenzaron a correr por mi cuenta. Cuando comencé a ganar, obtener triunfos se convirtió en una «droga» para mí, era y es mi meta principal».

Llegué a Uruguay gracias a Gustavo Figueredo

Gómez explica que que su llegada a nuestro país se dio gracias a uno de sus mayores rivales, Gustavo Figueredo. Al respecto recuerda que: «Seguí compitiendo y al ver que tenía algunas condiciones para este deporte me entusiasmé. En el año 1996 el Belo Horizonte de Uruguay fue a competir a la competencia «Doble Bragado» y entre ellos estaba Gustavo Figueredo. Ese año el Alas Rojas de Santa Lucía se armó para romper todo, pero por ser un equipo del Interior los ciclistas tenían miedo de que no pagará los sueldos, así que decidieron buscar ciclistas extranjeros. Por intermedio de Figueredo me llamaron y así fue cómo llegué a Uruguay junto a Alejandro Acton».

Vivir lejos de la familia y en tierras lejanas no fue fácil como reconoce el triple ganador de la vuelta: «El primer año fue muy duro. Llegar a un lugar donde no conocés a nadie siempre es muy complicado; no sabía quiénes eran mis compañeros de equipo, ni lo que era Santa Lucía, nada, era todo nuevo. Junto a Acton no teníamos con quién hablar y estábamos realmente solos. Las cosas al principio no salían y siempre teníamos problemas. Los dirigentes nos presionaban y nada fue sencillo. Pero con el tiempo todo se acomodó».

Al referirse a la actualidad, una sonrisa se plasmó en su cara, demostrando que esos tiempos duros son parte del pasado.

«Ahora, tengo mi gente, mis conocidos, vivo como uno más en Santa Lucía, un pueblo que realmente me gusta. Las personas me reconocen por la calle, pero al estar acostumbrada a verme todos los días le resulta normal. Eso es diferente a Montevideo donde se ve una personalidad muy de vez en cuando. Hoy a la mañana (ayer) todos me felicitaban, pero después todo vuelve a la normalidad».

«EL ciclismo se está convirtiendo en un deporte elitista»

Gómez, el pasado domingo, sorprendió a todos al declarar que decidió retirarse del ciclismo, especialmente luego de haber ganado la Vuelta Ciclista del Uruguay. Sobre esto afirmó: «Aquí mucha gente vive de los ciclistas, pero nadie les da lo que se merecen. Actualmente los competidores trabajan y compiten para subsistir, lo que es inaceptable. Ellos practican ciclismo porque les gusta, aman la bicicleta y siempre hay gente que se aprovecha de esto».

Añadió que las carreras existen «por los ciclistas» pero que «todavía no tomamos conciencia de ello, somos el instrumento que le otorga trabajo a mucha gente (dirigentes, periodistas) y somos los menos remunerados. Aquí hay contratos para todos menos para los competidores. Además se está convirtiendo en un deporte elitista, que sólo admite a aquellos que tienen dinero para tener y mantener un buen equipo de carrera».

Por último afirmó que no es nada fácil, ni siquiera para él, poder vivir del ciclismo: «Actualmente si el dinero que da el ciclismo siguiera siendo beneficioso para continuar compitiendo, no tendría que retirarme de esta actividad. Hoy uno opta por brindarle una seguridad a la familia que quizás con este deporte no puede tener», además afirmó que seguirá relacionado al ciclismo ya que será representante de las bicicletas «Zenit» para Uruguay. Sin dudas un excepcional ciclista, que se popularizo por su gran rendimiento en la contrarreloj, pero que está inmerso en un lugar de privilegio dentro de la historia del ciclismo nacional, tras haber ganado tres «Vueltas», una edición de Rutas y el corazón de los uruguayos. *

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