HACE 68 AÑOS, CON LA CONQUISTA DEL SUDAMERICANO, SE RETIRO LA FAMOSA "GENERACIONOLIMPICA"

Santa Beatriz 1935

El Campeonato Sudamericano realizado en Perú, pero conocido como «Santa Beatriz 1935″, fue una conquista de enorme valía para el fútbol uruguayo, debido a que después de seis años, el máximo evento del continente se hacía presente.

Santa Beatriz era el nombre del barrio en donde actualmente está enclavado el Estadio Nacional de Lima, de ahí la denominación. Claro que estos eran otros tiempos, donde se jugaba más por amor a la camiseta que por adoración al dinero. Epoca donde los futbolistas trabajaban en fábricas o establecimientos del Estado, trabajos que las diferentes instituciones les conseguían de previo acuerdo, antes de firmar los diferentes contratos que vinculaban a los jugadores con los clubes en los respectivos períodos anuales.

Lo cierto es que en aquel evento se marcó el final de la famosa «Generación Olímpica», pues había en 1935 futbolistas que venían actuando en el combinado uruguayo desde el año 1924, cuando se logró la consagración futbolística en los Juegos Olímpicos de París, popularmente conocido como los «Juegos de Colombes del 24″.

En las formaciones uruguayas del sudamericano, se podrán observar varios nombres que lograron coronarse campeones de todos, más precisamente los casos de Lorenzo Fernández y el capitán de capitanes José Nasazzi, máxima gloria charrúa de todos los tiempos.

La conquista de tres Sudamericanos (1924, 1926 y 1935), dos Juegos Olímpicos (1924 y 1928) y un Mundial (1930) dejaron bien en claro quien era la máxima potencia futbolera mundial de la época.

Uruguay dio clase en todo el mundo

Los fenomenales futbolistas uruguayos que recorrían el mundo entero desparramando su clase enamoraron hasta la clase más alta de la sociedad, la cual observaba el balompié como un deporte para gente «baja» y de poco cerebro.

Incluso, en Brasil, no jugaron hombres negros al fútbol, sino hasta mediados de la década del veinte, ya que se los miraba como esclavos que no servían para pensar.

Las giras de los equipos y seleccionados uruguayos por el planeta hicieron vibrar hasta la mismísima ciudad luz, París, donde el negro José Leandro Andrade enamoró a más de una rubia con su presencia, y algo más. Al conquistar corazones y derrotar a cuanto rival se le cruzaba, el juego uruguayo dejó su sello por el mundo. Ya con el título de Campeón Mundial del 30 «bajo el brazo», los celestes se adueñaron del planeta.

Enfrente, en Argentina, la bronca por haber caído 4-2 en la final mundialista, además de perder finales de sudamericanos y juegos olímpicos con los charrúas, la bronca era tal que ni siquiera se hablaba de un nuevo evento sudamericano.

De ahí que debió esperarse seis años (1929 a 1935) para observar una nueva cita futbolera en el continente. Curiosamente, debido al distanciamiento deportivo que hubo entre ambos países, los celestes jugaron todo el certamen de rojo y los albicelestes de blanco.

Con apenas poco más de un millón de habitantes, Uruguay se transformó gracias a la «Generación Olímpica» en la potencia mundial de la época.

El 27 de enero de 1935, con una nueva goleada en una final ante Argentina, la «Generación Olímpica» llegó a su fin.

Con la mínima diferencia se venció al local Perú

El debut del combinado celeste se produjo el 13 de enero en el Estadio Nacional de Lima, ante 28.000 espectadores en las tribunas y bajo el arbitraje del chileno Humberto Reginatto.

En aquella ocasión, Uruguay formó con: Enrique Ballestrero, José Nasazzi, Agenor Muniz, Erebo Zunino, Lorenzo Fernández, Luis Denis, Juan Emilio Píriz (Alberto Taboada), Aníbal Ciocca, Héctor Castro, Enrique Fernández y Braulio Castro.

El gol uruguayo llegó por intermedio de Héctor Castro.

Chile fue superado con goles de Ciocca

El segundo compromiso en el fixture para los charrúas presentaba al conjunto de Chile, el cual venía de caer goleado por Argentina en cifras de 4-1 y necesitaba una pronta recuperación.

Otra vez el Estadio Nacional de Lima fue testigo de otra victoria uruguaya, que la presenciaron 13.000 espectadores en las gradas, en cotejo dirigido por el peruano Miguel Hurtado.

Frente al once trasandino, Uruguay alineó a: Enrique Ballestrero (Héctor Machiavello), José Nasazzi, Agenor Muniz, Erebo Zunino, Lorenzo Fernández (MIguel Olivera), Marcelino Pérez (Luis Denis), Juan Emilio Píriz, Aníbal Ciocca, Héctor Castro, Enrique Fernández y Braulio Castro.

Los goles uruguayos resultaron anotados por Aníbal Ciocca en dos ocasiones.

Una inesperada goleada ante Argentina brindó el título

Finalmente llegó el último compromiso que marcaba el calendario.

Argentina, que apabulló con contundentes 4-1 a Chile y Perú respectivamente, era el favorito indiscutido para todas aquellas personas que siguieron con detenimiento el desenlace del certamen.

Contra los albicelestes, Uruguay se presentó con: Enrique Ballestrero, José Nasazzi, Agenor Muniz, Erebo Zunino (Luis Denis), Lorenzo Fernández, Marcelino Pérez, Alberto Taboada, Aníbal Ciocca, Héctor Castro, Enrique Fernández y Braulio Castro.

Los goles uruguayos fueron obra de Alberto Taboada, Aníbal Ciocca y Héctor Castro.

 

DESARROLLO DEL TORNEO

Fecha Ciudad Resultado
6-1-1935 Lima Argentina 4 – Chile 1
13-1-1935 Lima Uruguay 1 – Perú 0
18-1-1935 Lima Uruguay 2 – Chile 1
20-1-1935 Lima Argentina 4 – Perú 1
26-1-1935 Lima Perú 1 – Chile 0
27-1-1935 Lima Uruguay 3 – Argentina 0

 

TABLA DE POSICIONES

Selección PJ PG PE PP GF GC PTS
1. Uruguay 3 3 0 0 6 1 6
2. Argentina 3 2 0 1 8 5 4
3. Perú 3 1 0 2 2 5 2
4. Chile 3 0 0 3 2 7 0

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