"Inocencia interrumpida", estrena otro Oscar

La locura impuesta

El único estreno cinematográfico de este fin de semana es Inocencia interrumpida, de James Mangold, sobre relato autobiográfico de Susanna Kaysen, quien permaneció dos años de su adolescencia en un manicomio por un diagnóstico apresurado. La película fue coproducida por Winona Ryder, quien luego de leer el libro decidió impulsar su pasaje a la pantalla, reservándose el rol principal. Sin embargo, los elogios –y premios, incluyendo el Globo de Oro y el Oscar–, fueron a Angelina Jolie, por su interpretación de Lisa, una interna revulsiva.

El filme tiene otras estrellas que le agregan atractivo, como Vanessa Redgrave en el papel de psiquiatra del hospital y Whoopy Goldberg, como enfermera.

En 1967, una norteamericana de 17 años hace una visita a un psiquiatra. Este diagnostica, de primera, una personalidad border (fronteriza), síntoma caracterizado por falta de metas a largo plazo e inseguridades acerca de la imagen de uno mismo, del tipo de amigos y amante que se deben tener y con respecto a qué valores se debe adoptar. Es decir, síntomas que presenta todo adolescente normal.

De inmediato, la muchacha –la propia Susanna Kaysen– fue hospitalizada en Claymoore y. Allí deberá velar por no volverse loca en serio. El filme se publicita con la frase «A veces, la mejor forma de conservar la cultura es volverse un poco loco». En su nueva residencia, conoce a un grupo de jóvenes internadas en los que se ve reflejada: Lisa (Angelina Jolie), una encantadora psicópata; Daisy (Brittany Murphy), una consentida niña de papá con una predilección por el pollo frito y los laxantes; y Polly (Elisabeth Moss), una víctima de un incendio, cuyo corazón, a diferencia de su cara, permanece sin cicatriz alguna.

«Lo único que me hacía un poco más cuerda era escribir», comenta la escritora Susanna Kaysen, quien tiene su residencia en Cambridge, Massachusetts y que es autora de dos libros, Asa, As I Knew Him y Far Afield, así como sus memorias, Girl, Interrupted. Este libro de memorias del encierro pudo escribirlo recién 20 años después de los hechos. Publicado en 1993, Girl, Interrupted se convirtió en un best seller instantáneo. En Estados Unidos tienen buena venta los libros sobre «casos reales», sobre todo si ocurren en ambientes exóticos. Pero aumentó la popularidad de este libro, que también es un libro de aprendizaje de la vida («acerca de las cosas a las que tienes que renunciar para llevar una vida normal», según uno de los productores del filme), el hecho de que no es una lectura opresiva y dramática, sino que la autora conserva el sentido del humor. Una especie de mezcla con recuerdos de las travesuras de juventud. En Uruguay es obligado comparar con las anécdotas de la prisión publicadas en 1985 por Claudio Invernizzi.

«Parte de lo que me atrajo al libro y posteriormente me interesó para adaptarlo a la pantalla –comenta Winona Ryder–, fue el hecho de que en lo personal me identifiqué con el problema de Susanna, al haberme internado voluntariamente en un hospital cuando tenía 20 años. Yo había estado padeciendo ataques de ansiedad. Eran totalmente irracionales y terriblemente frustrantes porque no me los podía explicar a mí misma y no podía explicarlos a otras personas. Realmente me sentía como si me estuviera volviendo loca». Insiste en que este tipo de confusión y desesperación le puede ocurrir a cualquiera y llevarlos al borde de la locura. «Una enfermedad psicológica le puede atacar a cualquiera.» Ese vértigo de la locura, también ha dado dividendos literarios y cinematográficos.

La clave para el guión de James Mangold fue el personaje antagónico de Lisa. «Obtuvimos una tremenda respuesta de cada actor joven en Hollywood que estudió el personaje de Lisa,» comenta otro de los productores. «Â¡Pero cuando llegó Angelina y sin decir una sola palabra del diálogo, ella se sentó en la silla como si fuera Lisa! Nos quedamos helados. Una vez que la escuchamos hablar no tuvimos la menor duda de que la habíamos encontrado».

«Angelina no tiene ningún filtro y esa es Lisa,» comenta el director Mangold. «Parte de lo que nos permite funcionar en el mundo es la presencia de nuestros filtros. Esos filtros son los que nos impiden decirle a nuestro jefe que es un asco. Angelina no tiene filtros, y yo creo que eso es lo que la hace una gran actriz. Ella se ve a sí misma, sus personajes y al mundo muy claramente.»

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