LA PELICULA FUE DIRIGIDA POR EL DEBUTANTE GABRIEL DRAK, QUE TIENE UNA SOLIDA FORMACION EN LA PUBLICIDAD

Llega "Los desconocidos", un tenso filme policial uruguayo

Los desconocidos es un filme escrito y dirigido por Gabriel Drak, director debutante con una larga trayectoria en publicidad en Uruguay y México. Con una trama que recuerda un poco a uno de los cuentos de Paul Auster de La trilogía de Nueva York, el filme busca una aproximación distinta a la temática policial. La película se desarrolla en una sola locación con tres personajes, interpretados por Mario Ferreira, Sergio Pereira y Carolina Presno.

Un director de cine en bancarrota pacta con un mafioso, que le propone financiar su filme a cambio de una misión.

El cineasta debe encerrarse durante varios meses en un depósito abandonado y registrar con una cámara de video los movimientos de un político al que pretenden asesinar.

La situación precipita una auténtica catarata de trastornos y conflictos, que se tornan aún más complejos por la aparición en escena de una hermosa mujer.

Filmada en formato 16 mm durante casi cuatro años, Drak sonríe cuando dice que el presupuesto total del filme no llega a lo que cuesta uno de los cortos publicitarios que ha realizado en México. LA REPUBLICA conversó con su director Gabriel Drak y con la productora del filme Yael Adler.

 

–¿Cuál fue la génesis de la película?

Gabriel Drak: –La idea nació de las ganas de hacer cine. Todos venimos de la publicidad, con ganas de hacer algo distinto.

–¿Qué vino primero, el guión o las ganas de hacer una película?

GD: –Las dos cosas. Fue una necesidad y un gusto. Es la primera vez que me embarqué en un largo de ficción. Para hacer una película hay que dedicarse un año completo sólo a eso. En mi caso era imposible darse ese lujo. Tuvimos que repartirlo en varios años y por eso la película se demoró tanto, casi cuatro años.

Yael Adler: –Toda la gente que trabajó en la película lo hizo porque le gustó el proyecto, no por el dinero. Lo que la gente cobró no es ni cerca lo que debería pagarse por ese trabajo, pero todos se involucraron.

–Era la primera vez que encarabas la producción de una producción cinematográfica?

YA: –Sí, como Gabriel tenía mucha experiencia en publicidad y había producido un documental… Ahora vivo en Australia desde hace tres años. Allí estoy trabajando en una empresa de televisión de pago produciendo varios cortos.

–Producir un largo debe ser una tarea mucho más ardua que producir un corto publicitario…

YA: –Es más volumen de trabajo. La publicidad te da un rigor de trabajo. Lo que más cambia es al nivel del contado de la historia, de los movimientos de cámara, de largo de tomas, de cómo se divide el trabajo. Lo que también cambia es el involucramiento.

–Al encarar la temática policial, tenés que cargar lo quieras o no con el modelo del cine norteamericano…

GD: –Por supuesto. Pero yo no me puse a ver películas para ver a quién imitar. No creo que me haya inspirado en nada directamente, simplemente conté una historia. Es inevitable que la gente haga paralelismos, pero creo que no se va a defraudar. Puede gustar más o menos, pero estoy seguro que es un policial distinto.

–Llegan al estreno en un año en el que ya se han visto cuatro películas uruguayas. ¿Cómo ven eso?

GD: –Es alucinante. Se estrenaron cuatro películas en un año de gran crisis económica. Hay gente que está por fuera del mundo del cine, que me ha dicho lo bien que le va a los que hacen películas en Uruguay. Hay que ser realistas: todos los proyectos que se estrenaron este año son filmes que vienen de años atrás. Y ninguno tiene una gran envergadura económica. Para los estándares incluso regionales el más caro de esos proyectos tiene un presupuesto bajísimo. Lo que ha sido magnífico es el apoyo de la gente. Eso creo que se debe a que hay mejores productos, pero también el público ha cambiado y hoy está más abierto a todas las opciones.

–Te parece que el año que viene se podrán ver otras cinco películas uruguayas?

GD: –Ojalá. Hay varios proyectos premiados por el FONA. Pero no sé si esas películas se podrán terminar en 2002. *

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