Artistas uruguayos valiosos

Alejandro Cesarco es un montevideano del 75, vive en Nueva York desde hace tres años y es egresado de la Universidad de esa ciudad. Su extrema y rubia juventud ya lo llevó, la temporada pasada, a participar en un par de muestras colectivas y a ejercer la labor curatorial. Es una personalidad con una gran frescura comunicativa, no muy habitual entre sus colegas, y ahora hace su primera muestra unipersonal en la Colección Engelman Ost.

De espalda a las corrientes rumbosas y exitistas que se solapan y se empalman en todos los países, Cesarco recorre los austeros caminos del neoconceptualismo, consciente de que existe un «pequeño grupito que va a estar interesado en el trabajo y que el resto se va a sentir aburrido o desinteresado». Es inevitable, pero algo similar les ocurre a Jenny Holzer, Ad Reinhardt y Joseph Kosuth, y el uruguayo Luis Camnitzer, referentes inevitables que acuden rápidamente en la exposición llamada Cuentos completos que inauguró la semana anterior.

Como los autores citados, Cesarco emplea el lenguaje, la palabra escrita, definiciones, nombres por orden alfabético, textos tachados, esquelas, con un talante despojado, austero, de un humor sutil, rozando lo poético.

Son cuatro obras, breves, concisas. Indice 2000 consiste en 12 fotografías donde hay una sucesión de nombres y números como una suerte de un diccionario personal, de palabras, conceptos, artistas, filósofos (Derrida, Barthes, Benjamin, Virilio, los más extensos, aunque también registra a Guy Debord), cineastas (Godard, Hitchcock), donde se rastrea, casi confesionalmente, el núcleo de intereses y preocupaciones intelectuales. A partir de ahí, se establece el diálogo, se eligen los interlocutores, aunque no siempre con la intención de quererlo más, como supone, garcíamarquense, el autor.

Arte conceptual – Antología crítica

son 8 fotografías con textos tachados, violenta síntesis de un libro publicado de más de 500 páginas, en una actitud cuestionadora y reverencial del lenguaje, de sus posibilidades e imposibilidades, a la manera de Wittgenstein. Scrabble es un video.

Es una partida del juego del mismo nombre que dura 15 minutos y donde por momentos es imposible construir el nombre Wittgenstein que no sea entorpecido por un enojoso encuentro horizontal de otro nombre, con la aparición de otros en un inter(cambio) permanente. Por último, Mensaje. Es un simple pedazo de papel que lleva escrito «Ya no te espero», un mensaje que remite a un próximo, acaso inminente encuentro, por ahora postergado, a una relación o diálogo suspendido, con una divertida ironía de infinitas alusiones, en la pared de una galería.

Muy diferente es la muestra El cuerpo y el poder, en el Molino de Pérez. Aunque el título no coincide exactamente con las obras (es evidente en el caso de D’Angelo que hizo una variante fundamental en ese sentido), y quizá convenía más el de El ejercicio de la memoria, otro frustrado título que se exhibe en el Centro Municipal de Exposiciones. Pero mientras en este último las obras se dispersan, a pesar del mérito individual de cada una de ellas, en especial la referida a Ernesto Vila, por que falta una idea (el catálogo no está ni aparece) que unifique y justifique la elección de los participantes y sus trabajos dispares en la rememoración, los cuatro artistas del Molino de Pérez se imponen por su clara contundencia, su golpeante comunicabilidad, la sorprendente ilación entre ellos. El cuerpo como punto de partida y metáfora, como referente privado o colectivo, como referente individual o incorporado a la historia de una sociedad.

En ese sentido, la unidad que se establece entre las instalaciones de Mario D’Angelo (espléndida recreación de una anterior conocida en la Alianza Francesa), de Cecilia Vignolo (otra autocitación), de Clemente Padín y Enrique Aguerre (ambos con videos), es altamente significativa aunque faltó una idea curatorial explícita que debió enunciarse en el catálogo, de eficaz diagramación a cargo de Teresa Puppo. Es la primera exposición de interés que se realiza en el Molino de Pérez (además de la irregular de Ernesto Vila que transcurre actualmente) y es de esperar que el nivel se mantenga.

Como dicen los portugueses académicos, por el bien del arte. *