Garaje Olimpo: La memoria cruda

Cualquier similitud con este «garaje» y la tenebrosa Automotora Orletti no es pura casualidad. El filme registra con crudísima meticulosidad una historia representativa de los siniestros años de la dictadura argentina a través del entrecruzamiento de destinos entre una víctima y su torturador. No es un filme agradable de ver, –como tampoco lo era La noche de los lápices, por supuesto, sobre todo porque posee un estilo a medio camino entre lo documental y amateur que le da un tono de veracidad inquietante al relato. Mientras la historia diseñada por el cineasta Mario Bechis rota alrededor de una maestra secuestrada y la particular relación que se establece con su secuestrador, la película también perfila una mirada muy objetiva sobre ese pasado reciente, los protagonistas de ambos bandos y la masacre que se instaló progresivamente en el vecino país como parte del respeto a la obediencia debida de los mandos superiores.

En realidad, Garaje Olimpo no es una película que deje indiferente a nadie. Ya ha dejado su huella en diversos Festivales como en el de Huelva, –por ejemplo–, donde el pasado año ganó el Premio Colón de Oro a la Mejor Película a la vez que el realizador se quedaba con el Colón de Plata a la Mejor Dirección. Y en honor a la verdad, el impacto se da por el conjunto del filme que, en determinados momentos, se apoya en imágenes cargadas de un contenido trágico, (como las compuertas de un avión que se abren en pleno vuelo mientras una popular canción del momento desentona con el terror del inminente genocidio), que repercuten como ecos recientes de declaraciones periodísticas, material fotográfico y/o videográfico de archivo u otras investigaciones que golpean en la memoria.

De alguna manera, este filme suma agrega un componente a esa vibrante declaratoria que se consolidó en el Nunca más recopilado por Sábato y otros. Una pieza descarnada de cierto pasado que insiste en regresar porque todavía faltan algunas piezas del rompecabezas. En algunos momentos del filme, una puerta abierta ilusiona como posible escapatoria a la libertad infinita pero Bechis no se permite sentimentalismos ni le facilita las cosas al espectador. Por eso hace desfilar a los presos políticos como engañadas reses que son vacunadas antes de ingresar al matadero y destruye cualquier posibilidad de redimir culpables. Como no podía ser de otra manera, el pasado mensaje político del largometraje parece residir en consignas que se resisten al olvido y claman por justicia. Que así sea.

Garaje Olimpo. Dirigida por Mario Bechis. Producida por Amedo Pagam, Eruic Heumann y Enrique Piñeiro. Guión: Lara Bremder y Mario Bechis. Fotografía: Ramiro Civita. Con Antonella Costa, Carlos Echevarría, Enrique Piñeiro y Paola Bechis.

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