SEXO EN EL VERANO La llavecita del placer femenino

¿Qué es, dónde está y para qué sirve el clítoris?

Este órgano cuyo nombre en griego quiere decir «llavecita» es efectivamente la llave del placer femenino. Ha sido el gran desconocido de la anatomía hasta hace apenas treinta años, quizás porque el placer femenino, al no estar asociado a la reproducción, no era importante en la mentalidad de los patólogos. Su «decubrimiento» permitió conocer una clave de la diversidad y belleza del sexo femenino que, con visión genial, el pintor Courbet llamó «El origen del mundo».

 

El clítoris es el único órgano cuya única función es proporcionar placer.

Su tamaño y forma es muy variable de una mujer a otra. El exterior del clítoris, que está rodeado por los vellosos labios mayores, es fácil de distinguir, ya que sus estructuras externas están al descubierto. Con la excitación, responde como el pene y aumenta de tamaño.

 

Localización

Empecemos por los labios menores que son pliegues paralelos situados en el interior de los labios mayores, en la parte superior donde se encuentran los labios mayores y los menores existe uno o dos pequeños pliegues en forma de V invertida. Su tamaño y forma es muy variable de una mujer a otra, tanto que se ha llegado a decir que los labios menores son tan personales como las huellas dactilares. Su parte visible comienza en el punto de unión superior de los labios mayores, en la base del Monte de Venus. Esta es una zona de alta sensibilidad y es la estructura de mayor concentración de terminaciones nerviosas sensoriales en el cuerpo.

Ahí, acurrucado, está el clítoris, un cuerpo pequeño, liso y redondo que asoma su cabecita, llamada glande. Al igual que el pene, tiene músculos que se contraen durante el orgasmo. La superficie del glande está cubierta por el prepucio o capuchón clitoridiano, que lo protege del estímulo constante y la irritación.

El glande situado en la zona superior de los labios es la zona más sensible y sus variaciones son apreciables a simple vista; en estado de relax apenas se divisa enterrado bajo los pliegues de su capuchón pero en estado de excitación puede llegar a triplicar su tamaño.

Por debajo de éste es posible percibir el tallo colocando los dedos inmediatamente debajo del glande y moviéndolos de derecha a izquierda.

El tallo se siente como un cordón de goma redondo y no muy recto, se mueve fácilmente cuando se presiona sobre él.

 

Estimulación

La fuerte unión de la parte superior de los labios menores con el clítoris, hace que el movimiento de penetración del pene mueva los labios y, de esta manera, se estimula el clítoris.

Para un 20-30% de mujeres, este estímulo es suficiente para producir un orgasmo, cuando se combina con las sensaciones causadas por el pene, acariciando las paredes vaginales durante los movimientos de empuje.

Otro 20-30% alcanzan el orgasmo con la penetración, pero necesita estímulos clitoridianos simultáneos, el resto sólo lo logran con manipulación del clítoris o del capuchón del clítoris; o sea que, un 70 a 80% de las mujeres necesitan un estímulo del clítoris para lograr el orgasmo. Hay muchos hombres, que desconocen esta excesiva sensibilidad.

Les gusta estimular el clítoris en forma directa, cuando a la mayoría de las mujeres le gusta la estimulación indirecta, sobre el capuchón que cubre el cuerpo del clítoris. La estimulación del clítoris la puede realizar la propia mujer, o también la puede realizar el varón.

Al principio, las caricias de la propia mujer pueden resultar incluso más apropiadas, ya que ella misma es la que siente las caricias que recibe, y con ello, las puede ajustar y controlar más adecuadamente para llegar al orgasmo. Después, puede explicarle a su compañero, dirigiendo incluso su mano, para que lo haga igual que lo hace ella misma.

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