La vuelta de la artista Estela Magnone

La cantante y compositora dialogó con LA REPUBLICA a propósito de su nuevo, maduro y personal «Bruma de abril», un trabajo donde brillan bombos legüeros, arreglos y la producción artística de Jaime Roos, cellos de Andrés Ibarburu, y coros de Flavia Ripa, entre otras colaboraciones.

-¿Por qué ‘Bruma de abril’?

Es una frase de la canción «Sueño otoñal», de Eduardo Mateo, única canción de otro autor que está incluida en el álbum.

 

-¿Cómo fue el proceso del disco, hubo algo de ‘arqueología’?

Fueron canciones acumuladas en los últimos trece años, algunas del siglo XX y del siglo XXI, y quedaron afuera canciones como para hacer el próximo.

Elegí el núcleo de colaboradores por afinidad musical y familiar.

Durante el proceso previo y durante la grabación formamos un equipo de arregladores: Jaime Roos, Andrés y Nicolás Ibarburu y yo.

La mezcla de 7 temas la hizo Jaime Roos con el técnico Daniel Báez, y de los cinco restantes la hice yo con Daniel Báez.

 

-En la dedicatoria del álbum agradece a quienes tuvieron ‘la paciencia de esperar’. ¿por qué esa pausa?

No fue una pausa deseada por mí, en realidad la demora se debió a múltiples razones pero debería haber sido menor.

De todos modos, a lo mejor si hubiera grabado antes, no hubiera quedado tan conforme.

 

¿A qué estuvo dedicada este tiempo?

A componer, trabajar en la Asociación General de Autores del Uruguay, en la Dirección de Cultura del MEC, dar clases de Pilates, y conducir un programa en la Emisora del Sur.

La grabación del disco empezó en 2004.

O sea que en los últimos 3 años hubo bastante tiempo dedicado a eso, no en forma continua.

-En la colaboración con Alberto Magnone, ‘La trampa’, hay un repaso a algunos paradigmas que hacen infelices a los hombres: las drogas, traiciones…¿es una mujer optimista, esperanzada?