JULIO CESAR CASTRO: UN HOMBRE AFABLE Y REFERENCIAL DEL MODO DE SER URUGUAYO

Juceca, un Quijote del siglo XX

Este hombre con el cabello encanecido, su eterno bigote, su hablar de tono pausado y algunas veces enérgico, cuya figura era semejante a un Quijote del siglo XX, mantuvo hasta su último aliento una lucidez y un cúmulo de actividades envidiable.

Su máxima creación, Don Verídico, le permitió inmortalizar personajes como el Tape Olmedo, Rosadito Verdoso, la Duvija y el Barcino, entre otros, cuyas anécdotas, que discurren entre el humor y profundas reflexiones filosóficas, se acumularon en «El Resorte», un boliche sin duda inmortal y que ya ha pasado a formar parte (personajes y boliche) del folclore nacional.

Su compromiso con la vida -en el mejor de los sentidos que puede dársele a esta frase- lo hizo estar siempre atento a las penas, los dolores, las necesidades y también a las alegrías y los triunfos de sus semejantes. Nunca eludió definiciones políticas y sociales, estando siempre del lado de los más modestos, los más débiles.

Adhirió al Frente Amplio desde su fundación y militó en el Partido Comunista del Uruguay. Su ultimo gesto, vinculado a las causas populares, fue ofrecer su colaboración para la campaña en el referendum por Ancap.

Su condición de observador agudo de la realidad fue la que le permitió nutrir su frondosa imaginación para recrear un universo de fantasías y ternuras que parecen ser la realidad misma.

Julio César Castro Cabrera nació en Montevideo el 6 de mayo de 1928, aunque celebraba su cumpleaños el 25 de marzo. Ingresó al difícil arte del humorismo en 1959, libretando diversos programas que se emitían en radio para actores de la Comedia Nacional: Alberto Candeau, Enrique Guarnerio, Nubel Espino y Juan Manuel Tenuta, fueron algunos de los que interpretaron sus primeros textos

Su portentosa imaginación le posibilitó crear en 1962 su célebre personaje «Don Verídico». En los primeros años de la década del setenta escribió para varias publicacione.

También incursionó en el Carnaval, escribiendo libretos (en colaboración con otros autores) para Las Ranas (1974) y Los Menecuchos (1989), además de las canciones «Pescador de tu salario» y «Plena y tambor».

Como autor de teatro se destacó con La última velada (Teatro Circular de Montevideo), El contrabajo rosado (teatros Larrañaga de Buenos Aires y Arteatro de Montevideo), Están deliberando (Teatro Abierto, Buenos Aires), y varias adaptaciones de sus cuentos para elencos de Uruguay y Argentina.

En el vecino país libretó para la televisión a Tato Bores, Cipe Lincovsky, Rudy Chernicof y Moria Casán y durante veinticinco años a Luis Landriscina, quien catapultó definitivamente a Don Verídico como uno de los personajes más célebres del Río de la Plata. En el teatro Payro de Buenos Aires, Juceca estrenó Socorro Don Verídico, con actuación de Nidia Telles y Juan Manuel Tenuta, bajo la dirección de Villanueva Cose.

Por su parte la actriz Dahd Sfeir, desde hace más de treinta años incluye textos de Julio César Castro en su más exitoso unipersonal.

En calidad de actor y autor, Juceca protagonizó El cuento perdido, en Teatro Circular de Montevideo, con dirección de Héctor Manuel Vidal, y Cien pájaros volando en teatro El Galpón (1999), con la dirección de Horacio Buscaglia. Otros de sus textos más destacados son La cámara de la risa, El amigo del enfermero, Loquilandia en la noticia y Este mundo loco, escritos en 1966, Caño catorce, Conventillo El Entrevero y Hoy es domingo (1967), Misia dura al poder (1971).

Su incursión cinematográfica lo tiene como uno de los protagonistas del filme El viaje hacia el mar, del cineasta Guillermo Casanova. En setiembre de 2002 puso en escena su espectáculo Primavera con humor. Entre diciembre de 2002 y enero de 2003 estuvo actuando en Islas Canarias y Barcelona .

Durante más de tres años escribió varias columnas y la contratapa del domingo en LA REPUBLICA, protagonizaba junto a Horacio Buscaglia un microprograma diario de humor llamado Los guapos, que se emitía en 1410 AM LIBRE y tenía a su cargo el cierre del canal de televisión estatal Tveo, con un espacio de humor y reflexión llamado Tarde piaste. *

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