Descubren cine clandestino en las catacumbas de París

La policía ni se imagina las sorpresas que encontraría si decide inspeccionar los túneles subterráneos que recorren esta ciudad», asegura ‘Dim’, nombre en clave de un parisino que frecuenta las catacumbas desde hace 16 años y conoce perfectamente la inmensa sala de cine descubierta en estos días por las fuerzas del orden bajo la plaza de Trocadero, a pocos metros de la Torre Eiffel.

Con este hallazgo inesperado, la Ciudad-Luz, visitada cada año por miles de turistas, muestra que guarda todavía muchos misterios, afirman los amantes de estas oscuras galerías, que fueron testigos de la construcción de París siglos atrás.

La semana pasada, la policía anunció que había encontrado  durante un ejercicio práctico de una brigada especial  una sala de proyecciones de 400 metros cuadrados, a dieciocho metros de profundidad, con teléfono y electricidad, sillas, gradas construidas en la piedra, un comedor y un bar.

En el registro no fue encontrado nada que pueda acusar de un crimen a las personas que frecuentaban el lugar: las películas eran clásicos de los años 50, no había explosivos, restos de droga o inscripciones racistas o violentas. El único delito de los pobladores de este submundo sería desvío de electricidad y teléfono y uso de un lugar prohibido al público.

Días después, la policía regresó al lugar y gran parte del equipo había desaparecido. En su sitio había una nota: «No nos busquen». El grupo que transformó estas catacumbas en cine se hace llamar «Mexicaine de perforation» (Mexicana de perforación) «Hay otros cines escondidos en las catacumbas de París y no solo salas de proyección, muchas otras cosas, pero nada que pueda inquietar a los ciudadanos», asegura Dim.

Según este parisino, los «verdaderos» pobladores de las galerías, que rondan los 300 excluyendo turistas y principiantes, tienen un código de conducta, un material imprescindible, planos, horarios y puntos de encuentro fijos y sistemas de comunicarse con mensajes escondidos en los túneles. *