La enseñanza examinada

Cada uno de sus personajes tiene una misión y un problema de consciencia que saben trasmitir: nada de lo que se dice es casual y todo nos enjuicia. A la directora (Mary Vázquez) no se le ahorran virtudes, pero también tiene sus tormentos interiores, por más que luzca esos quites diplomáticos, propios de un torero, ese aplomo y ese equilibrio que adquieren aquellos que deben decidir entre múltiples y contrarias presiones. Está el padre de una joven (Sr. Luque, por Carlos Disevo) cuya hija no logra aprobar un examen de historia y que, aunque cree en su hija y aboga por ella, no las tiene todas consigo; la profesora autoritaria (Profesora Juárez, por Graciela Escuder), a la que ningún saber satisface, se revela al fin vulnerable. Se adivina en la pieza la peligrosa aventura de los exámenes, donde en un segundo pueden quedar en evidencia los defectos que ocultamos tanto como podemos triunfar con un golpe de suerte que disfrazará la ignorancia.

La autora, con admirable sobriedad y vigor, no pierde tiempo con situaciones familiares, que tendrán su lugar en alguna otra obra, y se concentra en el examen imposible, que analiza desde todos los ángulos. Se plantea una solución, y la segunda escena hace suponer que la reservada directora ha hecho algo, ya que aparece la profesora Rivas (Mariella Chiossoni) quien sin decirlo parece encargada de enderezar el entuerto. Como en el cuento de «La dama y el tigre», el desenlace queda reservado al espectador.

El diálogo es vivo y contundente. Convence desde la primera línea y tiene a los espectadores en vilo; sólo podríamos objetar la ausencia de un verdadero desenlace, sin duda un accidente deliberado.

La autora concluye con un signo de interrogación, como si sólo se hubiera propuesto escribir un brillante primer acto. Tal como está, con su final colgante,Exámenes es un rotundo ejemplo de buen teatro, donde no sólo hay personajes, simples pero muy bien definidos, que no recurren a torpes coloquialismos para intentar el contacto con el público; y hay ideas que tienen un rostro.

La pieza da para pensar,y los actores y el director (Fernando Rodríguez Compare) que son también profesores en la vida real, una vez concluida la obra, invitan al público a reflexionar, a sentirse examinado, a examinar.

Comprendemos de inmediato que si estamos en un mundo donde el fin del hombre, como lo predijo Carl Sagan, es, cada vez más, el conocimiento, las cuentas de los ministros de Economía, tomadas siempre sobre el producto, no dan para la enseñanza aunque son necesarias para bancos en quiebra.

Como observaba Galbraith en La sociedad opulenta, los gobiernos consideran productivo al fabricante de pupitres e improductivo al maestro que enseña. *

EXAMENES, de Nelly Fernández Tiscornia, por el Grupo de Teatro Debate, con Mary Vázquez, Carlos Disevo, Graciela Escuder y Mariella Chiossoni. Iluminación de Ruben Rodríguez, escenografía, selección musical y dirección de Fernando Rodríguez Compare. En Teatro de la Asociación Cristiana de Jóvenes, Colonia 1870, sábados 21 horas y domingos a las 19 horas.