Ya han pasado 37 años de su inmortalidad. Lennon vive en cada acorde y rima de sus canciones
Mark David Chapman le pidió un autógrafo. John Lennon dejó su firma en el álbum recién editado y le preguntó si eso era todo. Aquel hombre de lentes oscuros asintió con la cabeza y sonrió. Cuatro horas después le disparó cinco veces por la espalda, en las puertas del edificio Dakota. El ex Beatle ingresaba a la inmortalidad.
Han pasado 37 años de aquel episodio que ocurrió el 8 de diciembre de 1980 y por el cual millones de personas derramaron lágrimas por todo el mundo. Uno de los ex “Four Fab” había sido asesinado a manos de una “mente psicótica”.
Hacía pocos días que Lennon había editado su séptimo álbum solista: “Double Fantasy”, el cual alcanzaría el puesto número 1 en la lista de éxitos de numerosos países.
David Chapman lo tenía firmado de puño y letra por Lennon. El disco comienza con “(Just Like) Starting Over” y contiene obras inolvidables como: “Beautiful Boy (Darling Boy)” escrita para su hijo Sean y en la cual expresa que “la vida es lo que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes”, o “Woman” en cuyo comienzo John susurra: “For the other half of the sky” (para la otra mitad del cielo), un expresión de Mao.
El amor es la flor que debes dejar crecer
En la portada de aquel disco aparece Lennon besando a Yoko Ono. En el cuello de su esposa se encuentra el autógrafo que John estampó para su “fan», la copia del LP fue hallada en una jardinera del edificio.
Pero aquella tarde noche del 8 de diciembre de 1980 no sería el fin, sino el pasaje a la eternidad, porque las generaciones de personas se suceden una tras otras y la música y la poesía de Lennon permanecen inalterables y se renuevan. Mientras, el calvario de Chapman parece ser eterno.
Y como dijo John, el hombre que siempre le dio una oportunidad a la paz: “El amor es la flor que debes dejar crecer”.
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