Película uruguaya «El Sereno» en la Sala B de la Nelly Goitiño

El edificio que lo alberga es enorme, con varios pisos y alas interconectadas por una confusa red de pasillos y escaleras. La propia arquitectura del lugar lo transforma, en las noches, en un lugar aterrador que, por momentos, parece tener vida propia.

Una noche, Fernando escucha ruidos extraños provenientes del edificio y encuentra abierta una reja que debería estar cerrada. Intrigado, se aventura por uno de los pasillos. A partir de ese instante ya nada será lo mismo: todas las noches el edificio obligará a Fernando a internarse más profundamente en él para enfrentarlo a situaciones cada vez más inquietantes.

Ficha técnica

Dirección: Oscar Estévez – Joaquín Mauad

Intérpretes: Gastón Pauls, César Troncoso, Álvaro Armand Ugón, Cecilia Caballero, Valentina Barrios, Lalo Labat.

Guión: Oscar Estévez – Federico Roca

Dirección de Fotografía: Diego Pavese

Dirección de Arte: Augusto Gordillo

Sonido: Andrés Costa

Música: Hernán González

Montaje: Karen Antúnez

Producción Ejecutiva: Yvonne Ruocco – Lucía Tomás – Esteban Mentasti

Género: Thriller psicológico

Duración: 90 Min.

Calificación: No 15 años

Producción: Guazú Media (Uruguay) en coproducción con Cinemagroup (Argentina)

Uruguay / Argentina, 2017

Motivación personal

El proyecto surge de la disponibilidad de una locación que, una vez conocida por nosotros, operó como disparador de una cantidad de ideas: un enorme edificio en el centro de Montevideo que funcionaba como casa de remates y depósito de mercaderías.

El edificio iba a ser vendido a una empresa constructora que lo convertiría en un complejo de apartamentos, pero, contando con acceso libre al lugar y además un tiempo prudencial antes del comienzo de las obras, decidimos escribir un guión que contemplara e integrara las ideas que nos había sugerido esta locación. Los espacios, la gran cantidad de mercadería abandonada, la oscuridad, los recovecos y los sonidos del lugar nos llevaron a preguntarnos cómo sería trabajar de sereno en un espacio así, tan inhóspito, inmenso y solitario. La respuesta fue, de alguna manera, unánime: trabajar como sereno acá debía ser muy difícil y, por qué no, una experiencia aterradora. Fue entonces que decidimos que nuestra historia sería la historia de un sereno, pero no de un sereno cualquiera.

Inmediatamente elaboramos un paralelismo entre la psiquis del personaje principal y este depósito donde las confusas escaleras que van de un lugar a otro, rejas, pasillos interminables, habitaciones vacías, acopio de cajas y mugre equivaldrían a frustraciones, culpas, miedos, problemas sin resolver, amores y odios, todo lo cual decantó en un thriller psicológico en el que un sereno en conflicto por las circunstancias de la vida se enfrenta a un recorrido por su propio infierno.

Fernando, nuestro sereno, se construyó a partir de sentimientos y vivencias propias de los guionistas y de los directores. En estrecho paralelismo conceptual con el viaje de Dante en su Divina Comedia, Fernando se ve obligado a enfrentar sus afectos, culpas y contenciosos, de la misma manera en que nosotros exorcizamos nuestros propios demonios, en un relato que no busca otra cosa que la luz, empalidecida, en este caso, por las sombras amenazantes del inconsciente.

Para nosotros, hacer esta película, representa el enorme desafío de trabajar un film de género desde lo vivencial, donde son importantes los climas y las vueltas de la trama, pero aún más lo es el sentido esperanzador de la historia, en la que, a pesar de todas las dificultades, obstáculos y contratiempos, se expresa que hay una salida y que es muy posible que siempre haya alguien dispuesto a tendernos una mano si la necesitamos.