El Gobierno procura conmemorar el 2017 como el año del Centenario de La Cumparsita, el ícono mundial del tango

La Comisión ministerial está compuesta por las carteras de Educación y Cultura, Turismo y Relaciones Exteriores. Tiene como objetivo promover la protección, difusión y revitalización del tango, el género musical del río de la Plata por excelencia.

En ese marco, el integrante de la Comisión Interministerial de Apoyo al Tango en representación del Ministerio de Turismo, León Duter, dijo que aguardan “confiados” la sanción, por parte de la Cámara de Representantes, del proyecto de Ley por el cual se declarara a 2017 como año de la celebración del “Centenario de La Cumparsita”. La iniciativa ya fue aprobada por la Cámara de Senadores.

“Declarar a 2017 como el año de La Cumparsita, significará un aporte para el presente y el futuro de esta original expresión musical surgida en ambas márgenes del río de la Plata y su revitalización”, expresó Duter según informó Presidencia de la República.

Duter remarcó que la Comisión Interministerial de Apoyo al Tango debe desarrollar acciones para perpetuar el reconocimiento del tango en las próximas generaciones”.

La Cumparsita

El 19 de abril de 2017 se cumplen los 100 años del estreno de “La Cumparsita”.

Es considerada el himno del tango, una obra del autor uruguayo Gerardo Matos Rodríguez e interpretada por primera vez por la orquesta del argentino Roberto Firpo en el bar y confitería La Giralda, de la avenida 18 de Julio y Andes, en Montevideo, donde pocos años después se construyó el Palacio Salvo.

Se trata del tango más grabado y difundido de todos los tiempos, reconocido por la Ley 16.905, de 1998, como Himno Popular y Cultural del Uruguay.

En setiembre de 2009, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró a La Cumparsita como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad, iniciativa que fue promovida en forma conjunta por Uruguay y Argentina.

La UNESCO reconoció la mezcla de inmigrantes europeos que se asentaron en Montevideo y Buenos Aires a comienzos del siglo XIX, que sumaron sus culturas a los descendientes de esclavos africanos y a los criollos para ambientar una amplia gama de costumbres, creencias y rituales que se transformaron en un distintivo cultural de identidad.