ARCHIVO PERSONAL

El legado de Gabriel García Márquez pasa a archivarse en la Universidad de Texas

Los manuscritos y papeles de mayor relevancia en vida del Premio Nobel colombiano, serán guardados por el Centro Harry Ransom, de la universidad estadounidense de Texas.

Los archivos fueron comprados al propio García Márquez, cuando vivía en México

Los manuscritos originales de “Cien años de soledad”, “El amor en los tiempos del cólera”, “En agosto nos vemos” y “Memorias de mis putas tristes”, están en el archivo personal que ahora pasa a ser archivado en el Centro Ransom de la Universidad de Texas. Los borradores originales de diez de sus obras, su nutrida correspondencia, y hasta distintos bosquejos de cómo haría su discurso para recibir el Nobel en 1982, están entre los miles de papeles que ya se encuentra en territorio norteamericano.

Además de 40 álbumes con centenares de fotografías personales, su máquina de escribir y su primera computadora, una colección de recortes de periódicos de todo el mundo que guardaba en su residencia del último período en México, el acervo será ahora objeto de estudio en uno de los centros norteamericanos especializados en la materia. A nivel mundial, los archivos del centro documental en la Universidad de Texas, guardan también legados como los de Jorge Luis Borges, James Joyce, William Faulkner, Virginia Woolf, y Ernest Hemingway, entre otros.

Archivo abierto al público excepto la obra inédita del colombiano

El experto en Literatura Latinoamericana de la Universidad de Texas, José Montelongo, dijo al diario ABC de Madrid que “desde el punto de vista literario el archivo es un festín para los investigadores”. Apuntó en tal sentido que el archivo será abierto pero que la única parte “restringida”, será la novela inédita de García Márquez.

“Dependerá de las restricciones que la familia ponga”, señaló el entendido, que recordó el autor habría realizado ya diez versiones del libro.

Los archivos contienen también investigaciones de “El general en su laberinto”, así como una copia con profusas anotaciones a mano de ”Crónica de una muerte anunciada”.
Montelongo ha señalado también que no hay manuscritos anteriores a “Cien años de soledad”, lo que pauta una época en que el colombiano estaba “más preocupado por la supervivencia que por la posteridad”.

Los archivos fueron comprados al propio García Márquez, cuando vivía en México y se desconoce la suma que pagó la fundación estadounidense por hacerse con el voluminoso legado.

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