La tumba del conde Drácula habría sido descubierta en un claustro de Nápoles

La tumba que guardaría los despojos mortales del “inmortal vampiro” (que en vida ni supuso tendría tal tratamiento) parecen haber sido descubiertos por investigadores universitarios en el claustro de Santa María La Nonva, en Nápoles, Italia, donde algunos historiadores fidedignos aseguraban se refugió el personaje histórico en los últimos años de su vida.

El príncipe Vlad III, también conocido como “Vlad el Empalador” por su costumbre de practicar el horrendo martirio en sus cautivos por millares, había nacido en Transilvania y su nombre “popular” Vlad Draculea, significa en realidad “Vlad el hijo del dragón”.

Durante su principazgo en Valaquia, hasta promediar el siglo XV, llegó a empalar más de 100.000 personas, a las que ubicaba de tal modo al borde de los caminos que unían las ciudades de su reino. Para los historiadores afines al príncipe, Vlad III había perdido la vida durante una batalla, en las cercanías de Bucarest y fue enterrado en Snagov. Cuando se abrió la tumba solo se hallaron uno restos de animales, alimentando la superstición.

El secuestro, el rescate, sus últimos años de vida

Sin embargo para múltiples revisionistas, existen pruebas suficientes que el conde Drácula fue en realidad  capturado por los turcos durante una de las guerras de la época. Su hija María, que había sido casada muy joven con un aristócrata de Nápoles, pagó el rescate por su padre, el que fue liberado y dirigido a la ciudad italiana donde habría pasado los últimos años de su vida.

Los estudiosos de la Universidad de Tallin, en Estonia, han sido los principales defensores de esta hipótesis basados en documentos de la época. Ahora, la investigadora Erika Stella, confirmó haber descubierto una tumba muy particular en el claustro napolitano, y afirma se trata de la tumba de Vlad III.

El experto en historia Rafaello Glinni, dijo al diario italiano Il Mattino, que la lápida hallada tiene múltiples símbolos transilvanos, lo que resulta sumamente extraño para cualquier italiano que allí hubiera sido enterrado. «Si uno se fija en las esculturas en bajo relieve, el simbolismo es obvio. El dragón significa Drácula y las dos esfinges opuestas representan la ciudad de Tebas, también llamada Tepes. En estos símbolos está escrito el nombre del propio conde: Drácula Tepes”, detalló el investigador.