Navidad: ¿Por qué vuelan los renos de Papá Noel?

Son varias las explicaciones, que ubican a estos animales como los ayudantes más ideales que Santa pudiera tener. Desde siempre a los niños se les explica que Papá Noel recorre el mundo en la noche de Navidad repartiendo regalos a todos los niños y entrando por las chimeneas de los hogares.

La única forma que tiene para llegar a todas las casas del mundo, es mediante el uso de un trineo tirado por 9 renos voladores.

Pero, ¿por qué renos y no caballos? ¿Por qué esos renos pueden volar? Estas son seguramente dos preguntas muy comunes entre aquellos que están familiarizados con estas características, pero no con las razones que hay detrás de ellas.

En primer lugar, se debe destacar que la elección de los renos como ayudantes de Papá Noel se debe a la cercanía que estos animales tienen con la casa del anciano regordete. Es que la presencia de los renos es bastante común en la zona ártica.

En realidad se trata de animales migratorios, durante la primavera y el verano son abundantes en las inmediaciones de la franja polar en países europeos como Finlandia, Noruega, Suecia y Rusia.

Animal sagrado

Los renos son uno de los animales sagrados de la tribu esquimal Sami, originaria de estos parajes, los cuales han logrado domesticarlos completamente, para poder utilizar su piel y su carne, como abrigo y alimento.

En realidad, su carne es tan sana y nutritiva, que todos los años en la localidad finlandesa de Inari, se realiza un concurso de cocina con el reno como platillo principal. En el evento, los  chefs Sami son famosos por contrastar sus recetas tradicionales con las artes culinarias modernas.

El reno es un animal bastante rápido, pero esto tampoco explicaría que le han otorgado la capacidad de volar. “Son rápidos, pero no tanto como los caballos”, dice Jonas Vannar, un pastor de renos Sami de Suecia. “Pueden recorrer fácilmente entre 40 y 50 kilómetros al día si tienen que hacerlo”.

La primera vez que se hizo mención oficial y por escrito a unos renos voladores, fue de la mano del poeta norteamericano Clement Clarke Moore, el cual describió que Papá Noel entregaba regalos a los niños, montado en un trineo tirado por 8 renos que podían volar. Tuvieron que pasar más de 100 años para que el escritor Robert May agregara a Rudolph (Rodolfo) y su nariz roja que hace de linterna, al frente de la manada.

Para el momento en que los estadounidenses comenzaron a escribir poemas e historias sobre renos voladores, ya existían en las comunidades Sami versiones que les otorgaban esa facultad. Según la leyenda, los antiguos chamanes de la tribu, bebían la orina de los  renos luego de que estos hayan comido hongos alucinógenos. De esta forma, entraban en contacto con el espíritu del animal, al que podían ver volar por las montañas.