INNOVACIÓN

Cines ofrecen butacas cómodas como una cama, con apoya pies y control remoto

¿El cine pierde espectadores? Una de las principales cadenas de salas en Estados Unidos decidió reinventar la experiencia de ver filmes en pantalla grande, ofreciendo butacas cómodas como una cama, inmensas, con apoya pies y control remoto, que permiten incluso estar acostado.

El único inconveniente de este confort es la tentación de dormirse.

En Nueva York, estas butacas ya están instaladas en las salas de un cine del Upper West Side, en el noroeste de Manhattan.

De cuero sintético color marrón-rojo, parecidas a las que tienen los aviones en primera clase, las butacas son espaciosas, acolchonadas y muy confortables. Un control remoto integrado en uno de sus apoya brazos permite elegir su posición y extender el apoya pies.

Con este sistema se acaba el problema del gigante, justo delante de uno, cuya cabeza bloquea una buena parte. También termina con la molestia de disputarse el apoya brazos con un extraño. Eso sí: los ruidosos comedores de palomitas de maíz siguen estando, pero poco importa.

Algunos espectadores se sienten tan cómodos que se sacan los zapatos apenas se sientan.

De las 688 salas de la cadena AMC en la región de Nueva York, 60 ya están equipadas con este tipo de butacas. Además, hay 17 en Washington, 12 en California, y 271 en todo Estados Unidos.

El objetivo es llevar este modelo a 1.582 de las 4.940 salas de la cadena en cinco años, según AMC.

Para aumentar el confort el espectador elige la butaca en el momento en que compra su billete en Internet y ya no tiene que hacer cola, o temer encontrarse sin lugar o sentado en la primera fila.

«Queríamos realmente mejorar la experiencia de ir al cine, privilegiando la calidad sobre la cantidad», explica a la AFP Ryan Noonan, portavoz de AMC.

En algunas salas, las tradicionales tiendas de bebidas, palomitas de maíz han ampliado su oferta más allá de las golosinas.

«Hay filetes de pollo, pizza, más de 120 opciones de sodas, limonada» y otras bebidas no alcohólicas, agrega Noonan.

¿A cenar al cine?

Diez salas de cine en Estados Unidos van aún más lejos y proponen un servicio de restaurante, con lo cual se puede mirar una película comiendo pastas, una ensalada, una hamburguesa o un salmón, a veces acompañado de bebidas alcohólicas.

Según AMC, la medida que tuvo «más impacto» hasta el momento fue la instalación de las butacas-cama, lanzada hace dos años en un solo cine, incluso aunque esto haya significado reducir la capacidad de la sala entre un 50 y un 70%.

Pero la experiencia es tal para los clientes que las salas equipadas de este modo han visto aumentar su clientela en un 84%, afirma AMC. La gente «viene más y viene más seguido», dice Noonan.

«Podríamos habernos contentado con hacer lo mínimo indispensable, pero elegimos transformar todo para hacer del cine una verdadera atracción».

«Es como un spa, uno sale completamente relajado. No creo que vuelva a una sala normal», dice Jay Smith, un espectador.

Por ahora los precios de los billetes apenas superan a los del cine con butacas clásicas:

15 dólares en lugar de los 12 de promedio en Nueva York.

El único inconveniente de este confort es la tentación de dormirse, por lo cual es mejor evitar ir a la hora de la siesta o al día siguiente de una fiesta. AFP

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