Obituario

El corazón le falló a Manuel Capella: partió un ícono del canto popular uruguayo

Aunque había nacido en Béjar, España, en 1946, Manuel Capella –el “galleguayo”, como le gustaba definirse- pasó la mayor parte de su vida en Uruguay, donde no solo ahondó raíces, sino que se convirtió en uno de los pilares de la música popular que tanto valor tuvo antes y durante la dictadura.

Manuel Capella / lastfm.com

Contemporáneo de Viglietti y Los Olimareños, se consagró profesionalmente en el espectáculo “Uruguay canta” que en 1969, se convirtió en el mayor espectáculo del año en el teatro Odeón de Montevideo.

Junto al poeta Francisco Trelles, editó “Luces malas” en 1970, su primera experiencia discográfica, lo que dio sesgo al tema que sería dominante en su cancionero: las supersticiones del folklore nativo, donde los lobizones, se sumaban a las luces malas, los gualichos, y otros misterios telúricos, convirtiéndolo en exponente de una veta poco recorrida por el cancionero oriental.

En 1972, año previo al golpe de Estado, desafía la represión y la censura y edita “Se trata de caminar” que lo posiciona como uno de los militantes férreos ante lo que se vislumbraba vendría. Sus canciones de fuerte contenido político, fueron aplaudidas por un público que lo reconoció como uno de sus compañeros desde el primer momento.

Tras el golpe de 1973, Capella recorrió América y Europa con sus canciones, radicándose finalmente en Ecuador, donde participó del “Concierto de la Unidad Latinoamericana” de 1978.

En 1979 su espectáculo “Cantopoemas”, lo llevó por varios países latinoamericanos donde obtuvo singular reconocimiento.

Nueve larga-duración quedan como legado artístico

Luces malas (1970); Se trata de caminar (1972); Cantandopoemas (1979); Cantando vas a volver (1981); Siempre al Sur (1985); Canciones dedicadas (1991); El galleguayo (1995), Los ojos de marzo (2000); y Por la Unión y por la Blanca (1997), constituyen el legado artístico de un hombre que se mantuvo junto al pueblo uruguayo en todo momento y ni siquiera abandonó América Latina en los peores momentos, pese a su origen español que lo hubiera hecho retornar a salvo a ese reino.

Manuel “Gallego” Capella entra –tras un infarto cardíaco- al mundo de los inmortales del cancionero uruguayo y latinoamericano.

Su velatorio es en la empresa Martinelli, Canelones 1450.

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